Portada de una de las primeras ediciones. |
"What if?" es una expresión anglosajona que hace referencia a aquellos libros, cómics, películas o series de televisión cuyo argumento se basa en una premisa fundamental: algo que todos damos por hecho a nivel histórico (o incluso dentro de un argumento clásico de ficción) pudo suceder de un modo distinto, con consecuencias de todo tipo en el desarrollo posterior de los acontecimientos.
Necesitaba especificar el término antes de comentar una de las últimas grandes novelas que he leído: El hombre en el castillo (The Man in the High Castle, 1962) de Philip K. Dick. Se trata de una obra que no pertenece al corpus habitual de ciencia-ficción de este autor, sino que es más bien lo que técnicamente llamamos una ucronía. Puede que K. Dick no fuese el único en haberlo planteado desde entonces, pero pocas veces se ha excavado tan profundamente en la inquietante posibilidad de que los nazis hubiesen ganado la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué habría pasado entonces? What if?
Philip K. Dick, supongo que por Robert Crumb. |
La novela plantea un escenario en el que podemos distinguir lo que seguramente habría sucedido de lo que es pura ficción especulativa, la urdimbre del libro propiamente dicha. Al primer grupo pertenecería su predicción de que los Estados Unidos de América habrían sido divididos en dos zonas de ocupación: una alemana, la del lado del Atlántico, y otra, correspondiente a la franja del Pacífico, que estaría bajo el poder del Imperio Japonés. Intuye también K. Dick que Japón y Alemania no se iban a llevar muy bien, y entre ellos existiría una especie de Guerra Fría como la que en la realidad enfrentó a los EEUU con la URSS, siendo el bando japonés el más razonable y comedido por su utilización obsesiva del I Ching (eje filosófico de todo el libro), mientras que a los nazis se les habría ido la olla del todo y andarían enfrascados en intrigas palaciegas para suceder a un Hitler que, enfermo terminal de sífilis, se estaría pudriendo en un asilo. No sería tampoco raro que, tras borrar a la raza judía de la faz de la Tierra, los nazis hubiesen hecho lo mismo con la raza negra: mientras tienen lugar los acontecimientos de la novela, África está siendo azotada por la sinrazón fascista. Algo más discutible, aunque quién sabe si posible, es lo que plantea K. Dick sobre la conquista del espacio por parte de Alemania, que habría culminado con una temprana llegada a Marte; o sobre el aprovechamiento de los recursos terrestres, que habría llevado a una desecación controlada de todo el Mediterráneo, por parte de Italia, para plantar cereales a gran escala.
Dos ediciones en español.
Una edición británica. |
La verdad es que las ucronías siempre me han resultado muy atractivas, sobre todo porque todos quienes disfrutamos aprendiendo Historia somos conscientes de las pequeñas cosas que sucedieron quizá fortuitamente, y que han condicionado el actual estado de las cosas. Por supuesto, las novelas baratas sobre viajes en el tiempo siguen teniendo aquí carnaza para rato, y por eso es tan recomendable la lectura de buena literatura al respecto. En El hombre en el castillo encontraremos exactamente eso, una obra literaria de primer orden tanto en tratamiento argumental como en estilo, y con esa obsesión que siempre demostró tener el autor de Blade Runner, Minority Report y Desafío total acerca de la propia identidad, sobre la posibilidad de que existan realidades dentro de otras realidades y, en definitiva, sobre la remota aunque escalofriante posibilidad de que nuestra mente no sea más que una ficción, el capricho estético de una mente creadora no necesariamente divina.
Espesillo después del verano, ¿eh?
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