Esta novela gráfica trata de los coleccionistas. Podía haber sido de numismáticos o filatélicos, pero se centra en los coleccionistas de comic-book americano, representándolos como adultos que intentan recuperar parte de su infancia, evocando en cada tebeo conseguido el recuerdo de dónde lo compraron o qué hacían y sintieron en ese momento. Es obra del dibujante Seth, creador de "La vida está bien si no te rindes", de parecida temática y mensaje con este Wimbledon Green. Aterradora la historieta en la que un ancianito que vive solo leyendo tebeos en su piso repleto de cómics sufre un infarto, y en último momento se concentra en la belleza de un rayito de sol, para tener luego una viñeta fundida a negro, seguida de otra en la que un superhéroe viene personalmente a buscarlo para llevarlo al más allá, llamándolo "viejo amigo". O aquella en la que Green pierde la memoria y olvida qué es un tebeo, y se concentra en pasear por el campo y disfrutar la vida, liberado de su frikismo compulsivo por coleccionar. Humor y patetismo, este cuadernillo preciosamente editado es todo un guiño a los aficionados.
viernes, 27 de abril de 2012
EL MAYOR COLECCIONISTA DEL MUNDO
Esta novela gráfica trata de los coleccionistas. Podía haber sido de numismáticos o filatélicos, pero se centra en los coleccionistas de comic-book americano, representándolos como adultos que intentan recuperar parte de su infancia, evocando en cada tebeo conseguido el recuerdo de dónde lo compraron o qué hacían y sintieron en ese momento. Es obra del dibujante Seth, creador de "La vida está bien si no te rindes", de parecida temática y mensaje con este Wimbledon Green. Aterradora la historieta en la que un ancianito que vive solo leyendo tebeos en su piso repleto de cómics sufre un infarto, y en último momento se concentra en la belleza de un rayito de sol, para tener luego una viñeta fundida a negro, seguida de otra en la que un superhéroe viene personalmente a buscarlo para llevarlo al más allá, llamándolo "viejo amigo". O aquella en la que Green pierde la memoria y olvida qué es un tebeo, y se concentra en pasear por el campo y disfrutar la vida, liberado de su frikismo compulsivo por coleccionar. Humor y patetismo, este cuadernillo preciosamente editado es todo un guiño a los aficionados.
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Buenas, he estado hurgando un poco tu blog (o vuestro blog?) y nada, espero pasar a menudo a partir de ahora. Está un poco pasado de moda lo de los blogs, pero por trabajos como este es una pena. Un saludo!
ResponderEliminarLas redes sociales se imponen sobre los blogs, es cierto, pero una entrada de Facebook nunca permitirá expresarse con tantas posibilidades como la entrada de un blog, y menos si tenemos en cuenta que mucha gente no lee nada que exceda la longitud de un sms.
ResponderEliminarNos encantará tenerte por aquí.
Curioso eso, yo por el contrario nunca me he apuntado a una red social tipo twiter o facebook y voy a seguir virgen en eso el resto de mi vida si todo sigue como debe seguir, jeje, no se si es para enorgullecerse pero no me atraen nada. Sobre el tema que trata esta entrada pues no se si me gusta esto de coleccionar cosas del pasado, soy muy dado a la nostalgia y si pienso mucho en mi infancia y lo que me gustaba pues me deprimo. Probablemente cuando mueran todos mis conocidos importantes (si no muero yo antes) caeré en una depresión ya que solo pensaré en el pasado jeje.
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