Imagen promocional (fuente: hagaselamusica.com)
Estos días se representa en el Palau de les Arts (Valencia) la ópera 1984, o Nineteen Eighty-Four, de Lorin Maazel, basada en la famosa novela de George Orwell. Se trata de una ópera de corte claramente contemporáneo, con todo lo que esto significa desde un punto de vista musical (con sus atonalidades, sus aparentes carencias ocasionales de armonía, su mayor atención sobre las texturas que sobre las melodías, etc.), en la que destaca una brillante puesta en escena que recrea intensamente el contexto de ciencia-ficción distópica de la obra maestra del género.
Cartel del estreno en Londres (valenciaplaza.com)
Para quien no conozca la novela 1984, decir que es el paradigma de la ciencia-ficción "pesimista" respecto al futuro de la Humanidad. Plantea la existencia de un régimen dictatorial que controla amplias zonas del planeta bajo una vigilancia constante y obsesiva de cada ciudadano/a, llegando al extremo de modificar hechos históricos sobre la marcha con el fin de reforzar el poder estatal. El líder del régimen es el Gran Hermano (sí, de aquí viene el término), que Orwell relaciona sutilmente con Josef Stalin y su dictadura soviética. La acción arranca cuando un simple funcionario, Winston Smith, se plantea una rebelión ideológica a escala individual.
Lorin Maazel es el compositor de esta versión operística, además del director de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, de la que es titular. El libreto corre a cargo de J. D. McClatchy y Thomas Meehan. Tuve ocasión de ver una entrevista a Maazel en el estupendo programa sobre música clásica que La 2 de TVE emite la tarde del domingo, donde también se emitieron varios fragmentos de la obra. He leído algunas críticas buenas y otras malas (las más), pero supongo que son quienes pasen por el patio de butacas hasta el 6 de marzo quienes tienen que opinar. Si algún lector tiene la oportunidad de ver 1984, que se pase por aquí y nos lo comente.
Lorin Maazel dirigiendo (fuente: El Blog de Atticus).
Al final se ha encontrado una manera más barata de controlar a la población de la que pensó Orwell. No hace falta poner cámaras por todos lados, sólamente en una casa en un pueblo de la sierra madrileña. Todo el país viendo a esas cobayas humanas soltando excrementos por la boca y así el poder hace con nosotros lo que quiere al dejarnos los sesos fritos...
ResponderEliminarBy the way, acabo de abrir un blog, cuestión de una semana. Echadle un vistazo y haceos seguidores. Y ya sabeis que un blog se nutre de comentarios, no permitáis que este se muera de hambre...
http://manualdeloinutil.blogspot.com/
Os espero!!!