miércoles, 2 de noviembre de 2011

LOS LIBROS ESPIRITUALES: NIEZTSCHE HA MUERTO



Acabo de leer "Conversaciones con Dios" de Neale Donald Walsh. El autor había llegado al limite de su resistencia. Se encontraba en ese momento en que el dolor amenaza con desbordarse en la más insondable desesperación. ¿Que mejor prueba podía tener la inexistencia de Dios que su insensato sufrimiento? Y si existe y Dios es Amor, ¿no podría, en su soledad, reclamarle como interlocutor? Este último gesto de esperanza obró el milagro. En la línea de "a 33.000 pies" de J.J. Benítez, establece una conversación con el Altísimo, desarrollando un método de autoterapia con el que lleva ya tres libros publicados, más "Conversaciones con Dios para jóvenes" prologado por Alanis Morrisette. Me interesé por este libro porque la película me pareció buenísima. En ella el libro era la anécdota de la última parte, pero la historia de Neale es en sí un testimonio de Fe demoledor.

Estos libros tan profundos se basan no en lo que Dios dice, sino en lo que Dios te diría.
La cuestión es que, en una sociedad cada vez más simpatizante al laicismo, estos libros son superventas (El Secreto, Tu Dios interior, Fuerza para vivir, El Manual del Guerrero de la Luz) planteando un buenrollismo cósmico y ecológico que en los 80 se llamó new- age y que ahora retorna. Todos se basan en algo que ya está en los evangelios, y es la Fe suprema: Que Dios está de tu parte, que el Universo conspira para que tú logres lo que quieres, que el amor consigue los actos creativos y los atrae. Y a raíz de los múltiples testimonios, estos libros llegan en momentos en los que se necesitan, como si la persona los invocase.
Providencia, karma, y evangelios 1.0. Algo es seguro: el ateísmo no conforta.

7 comentarios:

  1. "Algo es seguro: el ateísmo no conforta" hombre esta claro que no, esto es como vivir toda tu vida idolatrando a tu padre y enterarte de que en realidad era un asesino y un violador, ¿vas a ser más feliz?, no pero sabes la verdad que es algo importante. El ateismo es eso, descubrir que nada tiene sentido, que solo somos animales, más inteligentes que los demás pero animales al fin y al cabo y que cuando morimos se acaba todo, no es reconfortante pero es la verdad.

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  2. A mi personalmente me importa más lo que yo le diría a dios que lo que el me dijese, si existiera tiene mucho por lo que responder y pagar.

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  3. Bueno, a mí me pasa como a Unamuno. Ansío creer, y en mi corazón intuyo que hemos sido creados, aunque todos los argumentos racionales apuntan en contra. Descartes eliminó a la razón. Existimos y álguien nos ha creado librepensantes. La energía no se crea ni se destruye, se transforma. ¿Dónde va la electricidad de nuestro córtex neuronal cuando dejamos de funcionar? Pero bueno, esto es teología, no Literatura.

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  4. La electricidad es pura energía y va donde tenga que ir pero eso es el combustible, lo que nos hace pensantes son las neuronas y la forma en la que están conectadas, estas se apagan y el pensamiento y raciocinio con el.

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  5. Yo pienso que, efectivamente, la ciencia actual es capaz de explicar cualquier comportamiento físico, humano e incluso emocional mediante leyes físicas, sociales, etc. Salvo por el asunto de la creación del universo, que sigue siendo un misterio, lo cierto es que no hace falta meter a Dios en la ecuación. Y sin embargo, cabe en cualquier ecuación sin ningún problema.

    No intentemos relacionar fenómenos científicos con la existencia de Dios, porque ambas cosas pertenecen a ámbitos muy distintos. No son del todo incompatibles, pero dudo mucho que los electrones y la divinidad funcionen a dúo.

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  6. ¿Y el número Pi, que es infinito? ¿o la secuencia Phibonacci? Las matemáticas son divinas, porque hay números trascendentes e irracionales, en los que hay que creer como dogma de fe, y nadie dice nada.

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  7. Hombre, las matemáticas funcionan de esa forma tan perfecta porque son un lenguaje abstracto que hemos fabricado a nuestra medida, dentro de un universo que podemos traducir a ese lenguaje como medio de predecirlo. El número Pi es otra abstracción, conveniente para ciertas operaciones (incluso creo que se sospecha que no es infinito), y de Fibonacci no sé demasiado...

    Creencias aparte, y ya conoces las mías, yo aplicaría aquello de "A César lo que es del César...", y con eso repito que a Dios se le debe buscar en el interior de cada uno, no en los fenómenos sin resolver del mundo físico.

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