Nunca se me ocurriría convertir este blog en un púlpito desde el que difundir mis ideas políticas o sociales, y pido perdón a quien considere que así lo estoy haciendo en este momento, pero entiendo que las circunstancias que vivimos hoy en día exigen un ejercicio de compromiso por mi parte, por muy humilde que, en efecto, este sea. El desierto carmesí es un blog de divulgación cultural, y siento que esto me incumbe de un modo u otro.
Como todos sabemos, la actual crisis económica (sí, esa de la que son únicos culpables unos señores con carteras relucientes) está siendo pagada por el resto de la sociedad, especialmente las clases medias y bajas, ya que los responsables no están dispuestos a perder un ápice de su poder adquisitivo. Están dispuestos a ver arder el mundo si ello es necesario para seguir dando la vuelta al mundo en yate todos los años y mandando a sus hijos a estudiar a Yale. Que conste que aquí no hay colores políticos, ya que el poder económico se parte de risa ante las ideologías de partido.
El caso es que, tanto los dos gobiernos centrales que han afrontado la crisis como algún que otro gobierno autonómico (yo soy andaluz y sé de lo que hablo) tienen clarísima la solución: recortar en educación y sanidad. Así de simple, si lo que se quiere es que esos señores de la opaca esfera superior sigan sin moverse de ella. Me desmoraliza profundamente, sobre todo por ser alguien que dedica desinteresadamente muchas horas de su tiempo a este humilde blog de difusión cultural, el que sea tan simple y rápido empobrecer la formación de las futuras generaciones.
Por eso, quiero manifestar que El desierto carmesí está con la Educación Pública y con los docentes que tan esforzadamente luchan por ella cada día.
Sin duda esto debería ser algo más allá de todo color político, recortar en sanidad y educación nunca debería ser una opción o al menos no ser una opción hasta que no quede otra solución, encima con la excusa de que el dinero destinado se despilfarra, la solución a esto no es recortar si no gestionar bien. Encima siguen desperdiciando dinero en otros asuntos totalmente inútiles que solo benefician a unos pocos como la monarquía.
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