miércoles, 12 de octubre de 2011

Capítulo 20: DRAGONES DE DESTRUCCIÓN MASIVA


(La siguiente reseña no desvela información precisa sobre el argumento del libro, sino que pretende ser una revisión crítica general del mismo. No tengáis miedo de meter la pata, salvo que no hayáis empezado a leer la saga.)

El 12 de julio de este año salió a la venta A Dance with Dragons, quinta entrega de la saga Canción de hielo y fuego, de George R. R. Martin, nada menos que seis añazos después de su predecesor, Festín de cuervos. Por suerte para mí y por pura casualidad, me puse a leer la saga justo a tiempo para enlazar con esta quinta entrega pocos meses después de terminar la anterior, aunque los que siguen a Martin desde Juego de tronos en 1996 debían estar ya echando espumarajos por la boca. A Dance with Dragons, o "Una danza con dragones", es la segunda secuela directa de Tormenta de espadas, el tercer volumen de la serie. Aquel libraco de más de mil páginas, pico de calidad de la saga hasta ahora, dejó tantos frentes abiertos que Martin decidió dividir su secuela en dos volúmenes; mientras que Festín de cuervos trataba sobre los sucesos acaecidos exclusivamente en los Siete Reinos de Poniente (Westeros, en el original), A Dance with Dragons se emplea a fondo con el resto del enorme mapeado de Martin: el Norte de Poniente, incluyendo los alrededores de Invernalia y el Muro, y las Ciudades Libres más allá del mar angosto. Sin embargo, la espera ha sido tan larga que este quinto libro incluye capítulos que van más allá de lo supuesto en un principio, entrando a narrar sucesos que, en teoría, debían pertenecer a la siguiente entrega de la saga.

George R. R. Martin, en arts.nationalpost.com

Terminé de leerlo hace tres o cuatro días, y he querido escribir esta crítica aprovechando que lo tengo todo bien fresco. Es un bicharraco de 1100 páginas, todo un mamotreto que me mantiene aturdido tras tres meses sin parar de leer, y yo diría que en él ocurren casi tantas cosas como en los previos cuatro libros juntos. Este libro puede ser fácilmente el mejor hasta ahora, sobre todo porque George Martin sigue depurando su estilo y jugando con nosotros para colárnosla incluso cuando creemos verla venir de antemano. Una vez cerrado el tomo (el archivo .epub en mi caso), ahora sí que no se puede tener ni la menor idea de lo que pasará en adelante. Quizá incluso se haya pasado tres pueblos en algún punto.

A Dance with Dragons contiene una infinidad de puntos de vista en sus múltiples capítulos, tanto con los personajes que ya conocemos como con otros nuevos o "reciclados" de entregas anteriores. No obstante, el peso principal recae en quienes a estas alturas son sin duda los tres personajes clave de la saga: Jon Nieve, Tyrion Lannister y sobre todo Daenerys Targaryen. Una de las excusas que ofrece Martin para explicar su tardanza es su necesidad de deshacer eficazmente "el nudo de Meereen", el berenjenal imposible que supone la estancia de Daenerys en la Bahía de los Esclavos y los desafíos que recibe por parte de infinitos batallones de mercenarios, grupos clandestinos y arribistas de todo pelaje. Merece la pena leer entre líneas estos capítulos de la joven Targaryen, ya que Martin amplia sus ambiciones meramente fantásticas hacia la alegoría geopolítica: Meereen y la Bahía de los Esclavos no dejan de guardar un parecido razonable con la antigua Babilonia y alrededores, Irak o Afganistan, donde hoy se encuentra el todopoderoso ejército estadounidense un poco apalancado, buscando alianzas entre etnias y credos como un poseso y recibiendo ataques diarios de una resistencia nativa que se opone a sus postulados supuestamente democratizantes y neo-coloniales. Daenerys, armada con tres dragones y un ejército en teoría invencible, es objeto de ataques terroristas durante la noche mientras el pueblo sometido la recibe con sonrisas de día. Ella se plantea constantemente el dilema entre la matanza preventiva y la huida.

Una edición ilustrada en inglés, de próxima aparición.

En los capítulos que se ambientan en Poniente también es bueno dar un paso atrás para ver todo el cuadro: tanto la Guardia de la noche como el tesorero de Desembarco del Rey tienen que contar con préstamos bancarios de imposible devolución para dar de comer a montones de ciudadanos hambrientos unos, para mantener vivos sus conflictos militares otros. La crisis económica ataca Poniente, y el dinero resulta ser en última instancia, más que el honor caballeresco o los derechos dinásticos, el que mueve los intrincados hilos de la sociedad. La religión toma también un protagonismo enorme en este quinto volumen, convirtiendo ya a las claras tanto la religión de los Siete como el culto al dios de la luz R'hllor en transfiguraciones siniestras del catolicismo inquisitorial de la Edad Media, o peor.

Antes dije que A Dance with Dragons podría ser el mejor libro de la saga hasta ahora, y creo que debo explicarme. Es cierto que Tormenta de espadas sigue destacando por la forma en que Martin encadena sucesos peliagudos en su último tramo, pero aquí logra una intensidad argumental que se mantiene de principio a fin, con un estilo que supera al tomo que mejor estaba escrito hasta ahora, Festín de cuervos, y encima remata con una serie de sucesivos desenlaces que te funden los plomos. Un hecho en concreto, de resultar las cosas como parecen, bien podría terminar con una buena parte de los seguidores de la saga lanzando el libro al contenedor de basuras. Yo creo que Martin ha querido dejar así las cosas mientras se piensa si sí o si no... hasta que salga el próximo libro. Qué listo, el tío. Y lo más interesante es que el resto del relato no presagia este desenlace. Más bien da la impresión de que el autor ha querido convertir lo que antes eran muertes en resurrecciones, lo que antes era puro folletín en una narración sosegada y descriptiva, digna del exotismo colorista de ese rico universo suyo que aquí se expande una vez más como una gigantesca supernova de pueblos, religiones, vestuarios, costumbres y gastronomías... La verdad es que A Dance with Dragons es, salvo por una recta final que nos devuelve a las urdimbres típicas de la saga, una impresionante novela clásica de aventuras, llena de viajes a lugares lejanos y escenas de acción trepidantes en las que, sorprendentemente, es el lenguaraz enano Tyrion quien lleva la voz cantante donde antaño estas hazañas recaían más bien en gente como Jon o Arya Stark, más dados a la acción física.

Portada del primer tomo (de dos) en la edición croata.

Más bestia que nunca (desmembramientos, evisceraciones, quemaduras supurantes, diarreas), más grueso, más complicado, más grandioso, aunque quizá con algo menos de sexo por aquello de no darse las situaciones oportunas, A Dance with Dragons pone -esta vez sí- el listón tan alto que George R. R. Martin se las va a ver negras para terminar la saga al mismo nivel, y en esos dos únicos tomos que en teoría faltan. Si lo consigue, y todo apunta a que está en condiciones de lograrlo, estaremos hablando seguramente de la mayor obra jamás concebida en el género de la fantasía épica, junto a esa otra que todos sabemos.

1 comentario:

  1. Pues no puedo estar más de acuerdo con esta explicación del libro y la saga en conjunto, aunque a mi a estás alturas la 1100 paginas del libro me parecen cortas y lo leí en 2 días, eso si, renunciando durante ese tiempo a mi vida social jeje. Me faltaron 200 paginas más para ver ciertas cosas que se quedaron en lo mejor, je, si que es listo Martin. Sobre la última escena de Jon solo puedo decir sin hacer spoiler: No puede seeer..

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