"Hay el comienzo de una cuarta novela", concede, inmersa en la disputa con la familia del fallecido por los derechos sobre su obra. Ya se sabe que un amigo de Larrson terminará la cuarta parte, porque hay que vender derechos al cine. Eva quiere su parte del pastel, pero, como convivía con el escritor sin estar casada, no tiene derecho a nada. Y es que hay que dejarlo todo atado y bien atado, como Marina Castaño, que cubrió el tercio de legítima del hijo de Camilo José Cela con un cuadro de Picasso (magistral jugada). Y es que hay esposas de escritores aprovechadas, y otras abnegadas, como la de Tolstoi, que tras haber pasado Guerra y Paz a mano TRES VECES y hacerle de secretaria, tuvo que saber que el marido quería legar los derechos de autor de sus obras al pueblo ruso. Cómo sería el follón que la mujer montó, que Tolstoi tuvo que huir por patas, y si no le da una gripe en la estación de tren no lo pillan nunca. Y luego hay esposas ejemplares y cultas para con el legado del marido, tal y como María Kodama con Borges. Hasta 70 años tras la muerte del autor, hay tajada para todos. Es curioso, seguro que en vida estaban siempre riéndose del tío éste, que se pasa la vida leyendo y escribiendo...
viernes, 14 de octubre de 2011
LAS VIUDAS DE LOS ESCRITORES
Eva Gabrielsson, viuda de Stieg Larrson está en batalla legal con el padre y el hijo del escritor, que quieren llevar adelante una apócrifa cuarta novela de la saga Millenium (que hubieran de haber sido diez libros) La viuda afirma que "no hay mucho de cierto" en los rumores que apuntan a que Larsson dejó esa obra escrita en un portátil y matiza que, por lo que sabe, lo que hay son unas doscientas páginas inconexas.
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