Sabía que la fuente de inspiración de Tolkien era la mitología nórdica, pero no sabía hasta qué punto tan evidente bebía de la ópera de Wagner. Leyendo el libreto de El Oro del Rin, tenemos un enano, una criatura similar a Gollum, que repudiado por su fealdad por las sirenas/ondinas, les roba el oro del lecho marino para forjar con él el anillo que someterá al mundo. Este enano, Alberich, es derrotado por los dioses Wotan y Loge (Odín y Loki) apareciendo también gigantes malvados y un trasunto del Dios del Trueno, Thor, llamado Donner en la ópera. Tenemos que el anillo tienta a Wotan, y luego es causa de que un gigante mate a su hermano, y la madre de las nornas advierta a Wotan de la perdición del mundo si el anillo cae en malas manos. Recordemos que esta parte de la ópera es la última en ser musicada, y que Wagner antes compone La Valquiria y Sigfrido. Concebida para ser representada de forma fastuosa, esta ópera, como tantas de Wagner, hubo de tener el mecenazgo de Listz para ser representada, con una puesta en escena que incluía el Valhalla, las minas de los enanos, el árbol de las manzanas doradas, o la misma creación del mundo, en la forja de una espada. Era su opus magna, el final de una carrera de un autor que quiso llevar a la ópera la fantasía, de una forma que sólo el cine ha podido mostrar. Wagner y Tolkien tomaron de un cantar de gesta del siglo XIII, anónimo, que a su vez remedaba leyendas nórdicas orales, y este cantar incompleto se bifurcó en la mayor obra de la literatura fantástica y en cuatro óperas tremendas.
Como bien dices al final más que beber de Wagner los dos se basaban en los mismos cuentos y mitologías. He leído un comic sobre El anillo de los Nibelungos y es épico, grandioso como tiene que ser para cualquier fan de Tolkien como yo. Por cierto estaría bien alguna entrada sobre Lovecraft, que se cumplen 75 de su muerte, que grande.
ResponderEliminarA Lovecraft lo hemos tratado en entradas anteriores, pero sí, hace tiempo que no vamos con él. Lo abordaremos en cuanto podamos. Yo tengo pediente una lectura divertida de ese ensayo ficticio que comenta el Necronomicón, así como algunos relatos que merecen de por sí una entrada, claro.
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