La rivalidad entre estos autores va más allá de los celos profesionales y de que uno le copiara versos al otro (Quevedo es el que acusa "Yo te untaré mis obras con tocino porque no me las muerdas, Gongorilla") Quevedo compró la casa de Góngora (el cordobés la perdió en deudas de juego) y dice que lo primero que hizo fue quemarle los libros, que quedaron las estancias "oliendo a Polifemo". Las simpatías de los lectores siempre han estado con Quevedo, por lo chocarrero de algunos de sus poemas satíricos y escatológicos, y por presentarlo la literatura de ficción después como un espadachín y espía, algo así como un trasunto de Cyrano. Fue la Generación del 27 la que quiso reivindicarlo,ya que eran todos poetas, siendo el lenguaje culterano del Barroco enrevesado y casi como un código secreto por lo difícil, sólo inteligible por los más excelsos poetas del Parnaso. Y curioso es que estos autores, tan reivindicativos de las vanguardias y el verso libre, tengan como referente oficial a un autor tan riguroso en métrica. Más allá de críticas, conceptismo y culteranismo son igual de valiosos a la Literatura, y es precisamente el choque entre las dos tendencias lo que las complementó.
lunes, 19 de marzo de 2012
DUELO DE TITANES III: Hoy, Quevedo vs. Góngora
La rivalidad entre estos autores va más allá de los celos profesionales y de que uno le copiara versos al otro (Quevedo es el que acusa "Yo te untaré mis obras con tocino porque no me las muerdas, Gongorilla") Quevedo compró la casa de Góngora (el cordobés la perdió en deudas de juego) y dice que lo primero que hizo fue quemarle los libros, que quedaron las estancias "oliendo a Polifemo". Las simpatías de los lectores siempre han estado con Quevedo, por lo chocarrero de algunos de sus poemas satíricos y escatológicos, y por presentarlo la literatura de ficción después como un espadachín y espía, algo así como un trasunto de Cyrano. Fue la Generación del 27 la que quiso reivindicarlo,ya que eran todos poetas, siendo el lenguaje culterano del Barroco enrevesado y casi como un código secreto por lo difícil, sólo inteligible por los más excelsos poetas del Parnaso. Y curioso es que estos autores, tan reivindicativos de las vanguardias y el verso libre, tengan como referente oficial a un autor tan riguroso en métrica. Más allá de críticas, conceptismo y culteranismo son igual de valiosos a la Literatura, y es precisamente el choque entre las dos tendencias lo que las complementó.
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Jaja, hace tiempo que vengo leyendo de la rivalidad y odio entre estos dos, que cosas, las peleas tontas de dan hasta entre los más grandes.
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