El ciego de Marianela sigue un proceso inverso al prisionero de la caverna, de Platón. Él tiene su idea de la belleza, y al salir al exterior del mundo, descubre la belleza engañosa en su prima y no en la Nela, por eso la tragedia es doble, para Marianela y para Pablo. Es clara la relación de la mina y la Trascava con los símbolos platónicos. Y todos sueñan e imaginan: Nela con ser un pájaro; Pablo con recuperar la vista; Celipín con alcanzar la ciencia, largándose de una novela a otra en el epílogo. El pensamiento de Nela es naturalista, y el del padre de Pablo, platónico. Y chocan ambas filosofías, y aunque la ciencia devuelve la vista, Teodoro se siente culpable de haber curado a Pablo. "Los ojos matan" se titula el último capítulo. Y las ilusiones. Menudo novelón le quedó al señor Pérez Galdós. En el cine hubo Marianelas extrañamente guapas ¿es que no entendieron nada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario