lunes, 11 de junio de 2012

MENUDO PERSONAJE

Abandoné la lectura del Tratado de Alquimia de Diego Torres de Villarroel porque no hay Dios que lo entienda. la mayor parte del tiempo creo que habla en clave o de cosas que ya debo conocer, pero es un galimatías. Y ahora he retomado Visiones y visitas de Torres con don Francisco de Quevedo por la corte, y he vuelto a interesarme por este escritor, que fue sucesivamente ermitaño, bailarín, alquimista, matemático, soldado, torero, estudiante de medicina, curandero, astrólogo y adivino ¡toma ya! Al parecer, su temperamento díscolo y travieso le empujó a faltar a sus lecciones, meterse en peleas, robar a otros compañeros y hurtar viandas de la despensa del colegio por lo que se ganó el sobrenombre de piel de diablo, y ya adulto montó un pingüe negocio editorial como escritor de almanaques y pronósticos bajo el seudónimo de "El gran Piscator de Salamanca". 

De nuevo en tierras salmantinas, Villarroel descubre que la cátedra de matemáticas en la Universidad está libre y decide presentarse a los exámenes por oposición. Tan solo tenía un rival para ello, al que derrotó consiguiendo mejor resultado final y logrando la ansiada cátedra que hacía más de treinta años que no ocupaba nadie, debido a la incultura y dejadez que había sufrido dicha ciencia. La gente de Salamanca realizó varias fiestas en honor al nuevo catedrático. Villarroel comenta en su Vida que sus conocimientos matemáticos eran mínimos aún habiendo superado el examen, criticando el poco progreso de los estamentos universitarios. O sea, que tenemos un tipo que se ríe de la Universidad, y que abandona su cargo de vicerrector para ir a bordar con una vieja a la Puerta del Sol. Es conceptista, pero lo que más, es cínico, como el Diógenes clásico, y si algún espabilado profundiza más en su biografía, tiene una novela que se escribe sola.   

1 comentario:

  1. Una novela y una puñetera serie de la HBO que ríase usted de Juego de Tronos...

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