Pues ya he terminado Remolcando a Jehová, y me ha parecido una gran aventura y buena novela de fantasía. Desde un ejército de aviones de la Segunda Guerra Mundial atacando a un par de superpetroleros como si fuera un capítulo de La Dimensión Desconocida, a la conmovedora búsqueda de redención del capitán del Carpco Valparaíso, que no quiere privar a su hijo de la idea de Dios, y sueña con algún día echarse a la mar con su pequeño grumete, y seguir admirando el cielo y las maravillas del creador. Las dos novelas que siguen, creo que pueden leerse como independientes, teniendo sólo en común la presencia del Corpus Dei. Quizá el motor de las tres es la desesperanza de saber que Dios existe, pero que lejos de ayudarnos sólo puede consolarnos. Y aún así, no le da la razón a Nieztsche, porque el amor al creador predomina en uno u otros personajes. Quizá la tercera de la trilogía Godhead tenga alguna respuesta o paso adelante, porque es la que se plantea como un apocalipsis. Creo que Jesucristo aparece como personaje en la segunda novela. Barcos tripulados por ángeles, absurdos racionalistas tan fanáticos como predicadores sin escrúpulos, y la descorazonadora idea de que Dios ha podido suicidarse, idea refutada por el héroe de la aventura: Pues claro que Dios está vivo, vivirá siempre, y ahora lo necesitamos más que nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario