martes, 25 de enero de 2011

Capítulo 14: UNA UTOPÍA BELICISTA

(Fuente: fantasticfiction.co.uk)

Hace un par de años me propuse leer sistemáticamente todas aquellas obras que son consideradas como clásicas dentro del género de ciencia-ficción. He avanzado bastante en esta tarea, aunque a veces me he encontrado con el problema que supone la descatalogación de ciertos títulos antiguos, ante la cual la única respuesta posible es la lectura online, a menos que nos convirtamos en Indianas Jones de librerías de segunda mano. Todavía no he podido conseguir Tropas del espacio, la obra que nos ocupa, aunque he comenzado con su lectura en pantalla.

Portada de la novela en aquella magnífica colección.

Tropas del espacio (Starship Troopers, 1959) es de largo la novela del género que más ampollas ha levantado a un nivel ideológico, y eso que se trata seguramente de la obra cumbre de Robert A. Heinlein, considerado de toda la vida como uno de los grandes grandes grandes, al lado de Asimov y Clarke nada menos. Esta novela ganó el premio Hugo, y a pesar de ello nunca ha dejado de incomodar a muchos entendidos. La polémica se centra en la visión utópica que ofrece Heinlein de una sociedad futura basada en el militarismo extremo, lo que no tardó en ser visto -creo que realizando una lectura bastante superficial- como una apología del fascismo o algo por el estilo. Muchos hemos opinado a raíz de la versión que rodó Paul Verhoeven en los noventa y tal vez tengamos la idea preconcebida de que la propia novela posee también este carácter irónico, este humor "tongue-in-cheek" como diría un británico. Pero no es así, porque Heinlein se lo toma totalmente en serio. Mejor maticemos.

Robert A. Heinlein (Fuente: thespacereview.com)

No se trata de que el autor defienda la posibilidad de una sociedad diseñada por y para la guerra constante, sino que, como todo buen creador de mundos de ciencia-ficción, explora esta variante como posibilidad, al margen de que a él le pareciese bien o no la idea. Y como posibilidad, decíamos, Heinlein le otorga plena coherencia: el mundo en el que vive Johnnie Rico, el soldado protagonista, tiene como eje la necesidad constante de que los ciudadanos se encuentren en estado de guerra, precisamente porque sólo quienes han completado el servicio militar tienen derecho al voto y plenos derechos. Sin la guerra, toda la estructura social se vendría abajo, y el enfrentamiento que es descrito en la novela contra una raza de insectos gigantes extraterrestres no deja de ser uno de los muchos conflictos que, con más o menos motivo, la humanidad se ha sacado de la manga para que las cosas sigan funcionando en la línea deseada.

Ilustración utilizada como portada en algunas ediciones.
(Fuente: thehibbits.net)

Nadie puede negar a Heinlein su capacidad para reflejar alegóricamente una situación latente en el mismo momento de la escritura del texto, la Guerra Fría que mantenían los Estados Unidos y la U.R.S.S., que a su vez propició innegablemente un desarrollo tecnológico y económico muy notable en ambos bandos. Y eso sin olvidar que el estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que los USA salieran de su mayor depresión económica hasta la cima de las potencias planetarias, gracias a la economía de guerra. Tropas del espacio es todo esto y más, reflexionando sobre qué ocurriría si estas situaciones de alerta se mantuviesen de manera sistemática y prolongada, e incidiendo en la posibilidad de que esta sociedad podría prosperar verdaderamente. No es una distopía al estilo de 1984 o Un mundo feliz, sino toda una utopía. Bastante inquietante, eso sí, sobre todo atendiendo a los tiempos que corren.

La influencia de Tropas del espacio ha sido muy grande en todo el ámbito de la cultura popular, incluyendo -según opiniones que he recogido en Internet de quienes han completado su lectura- clásicos del cine bélico como La chaqueta metálica y, sobre todo, El juego de Ender, otro título imprescindible con muchos aspectos en común.

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