lunes, 20 de diciembre de 2010

LA ARTIFICIOSIDAD DE LOS COMENTARIOS DE TEXTO

El que sigue a continuación, es, según lo que dicen en la red, un modelo de un comentario bien hecho, y es un comentario con algunos aciertos, un buen número de errores y demasiadas obviedades, algunas de ellas tan redundantes que parecen de chiste. No menciona la situación de enfermedad de su mujer que da origen al poema y por tanto nunca encuentra el tema principal. Empecé indignándome y acabé riéndome. . Y lo mejor (o lo peor) los comentarios que sobre el comentario han hecho algunos alumnos internautas, considerándolo un modelo a seguir, menos mal que al final hay algunos que se atreven a decir que el comentario es una chorrada. En fin ahí os lo dejo y ya me diréis.

Empiezo a sospechar que internet no es la herramienta educativa que nos están vendiendo. Esto es un mar de confusión.

A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo 11A
y en su mitad podrido, 7b
con las lluvias de abril y el sol de mayo. 11 A
algunas hojas nuevas le han salido. 11B
¡El olmo centenario en la colina 11 C
que lame el Duero! Un musgo amarillento11 D
le mancha la corteza blanquecina 11C
al tronco carcomido y polvoriento. 11 D
No será, cual los álamos cantores 11 E
que guardan el caminojy la ribera. 11F
habitado de pardos ruiseñores. 11E
Ejército de hormigas en hilera 11 F
va trepando por él, y en sus entrañas 11 G
urden sus telas grises las arañas, 11 G
Antes que te derribe, olmo del Duero. 11 H
con su hacha el leñador, y el carpintero 11 H
te convierta en melena de campana. 11 I (i)
lanza de carro o yugo de carreta: 11 J
antes que rojo en el hogar, mañana. 11 I (i)
ardas de alguna mísera caseta, 11J
al borde de un camino; 7K
antes que te descuaje ujn torbellino. 11 K
y tronche el soplo de las sierras blancas; 11 L
antes que el río hasta la mar te empuje 11-
por valles y barrancas, 7 l (ele)
olmo quiero anotar en mi cartera 11F
la gracia de tu rama verdecida. 11M
Mi corazón espera 7f
también, hacia la luz y hacia la vida, 11 M
otro milagro de la primavera. 11 F
Antonio Machado Campos de Castilla



1. Localización
Antonio Machado nació en Sevilla en 1875, pasó su juventud en Madrid, y estudió en la Institución Libre de Enseñanza. Después de una estancia en Parra, estuvo durante cinco años en Soria como profesor de francés del Instituto. Allí descubrió y se identificó con el paisaje castellano; allí se casó, y murió, a los dos años, su esposa Leonor. Pasó después a Baeza, Segovia y, por fin, Madrid. Al ser derrotado el ejército republicano, se trasladó a Francia y murió en Colliure, un pueblecito cercano a la frontera española, en 1939.Campos de Castilla (1912) significa el encuentro con Castilla, con el paisaje de sus tierras altas donde proyectará su estado de ánimo y encontrará la expresión de la realidad nacional e histórica de España. Hay también en este libro nostálgicos recuerdos personales, reflexión sobre los grandes temas de la existencia humana, preocupación patriótica en actitud crítica, pero todo está visto con una mayor objetividad. Por último, hay que notar la ampliación al paisaje andaluz y los elogios a diversos escritores contemporáneos: Rubén Darío, J.R. Jiménez, Unamuno, Azorín, etc.
2.-Métrica
Este poema está formado por treinta versos de arte mayor y menor, ya que son de once y siete sílabas (endecasílabos y heptasílabos) pero sin seguir ninguna regla aparentemente. Sin embargo, al tratarse de una combinación de versos de 7 y de 11 que riman a gusto del poeta, estamos ante una silva, modelo estrófico clásico que admite incluso laposibiidad de que algún vero quede suelto, como ocurre en este poema.La rima es consonante, menos en el verso vigésimo cuarto, que es un verso suelto, no rima.
Es encadenada menos en los versos 13 y 14, 15 y 16 y 21 y 22, en los que es abrazada.Se producen encabalgamientos entre los versos 5 y 6, 16 y 17, 24 y 25, 28 y 29.
3.-Argumento
A causa de su amor por la tierra de Castilla, el autor encuentra en éste un tema para su poesía, y en el caso concreto de este poema, se centra en la descripción de un olmo, que es una especie de árbol que abunda en el país, el cual se halla en la ribera del río Duero, de manera que consigue crear la imagen de un paisaje en la mente del lector, además de transmitir la pena que da el árbol agonizante, que ya es viejo y será destruido, ya por causas climáticas como por el hombre, pero también trayendo una brizna de esperanza por el hecho de la aparición de unas hojas nuevas.
4.-Tema.
Descripción sensible y patética de un viejo olmo, del cual resurge la vida gracias a la primavera.
5. Estructura
Este poema se divide en tres partes:La primera llega hasta el verso decimocuarto, en la que hace una descripción general del estado del árbol, y de su situación y entorno, citando también la aparición de las hojas nuevas con la llegada de la primavera, y también lo compara con otra especie, los álamos.
En la segunda parte, que ocupa casi todo el resto del poema exceptuando los tres últimos versos, el poeta expresa su deseo de dejar constancia escrita de la aparición maravillosa de esas hojas entre tanta muerte y podredumbre, después de haber citado todo lo que puede ocurrirle al árbol en tal estado.
Los tres últimos versos formarían la tercera y última parte, ya que en ellos no se habla ya del olmo, sino que se expresa un deseo una esperanza.

6. Análisis de la forma partiendo del fondo.
Antonio Machado, un hombre serio, introvertido y solitario, cuyas principales preocupaciones fueron meditar, pasear, leer, asistir a tertulias y escribir, compuso este poema posiblemente durante alguno de sus paseos por el paisaje castellano, uno de los principales temas de su poesía. En este caso, sus escritos van dirigidos a un árbol, en concreto a un olmo,[especie abundante en España} del que consigue extraer,
con sencillez, detalles y reflexiones que se asemejan a la realidad del ser humano, porque en la obra a la que pertenece este poema, el autor reflexiona sobre los grandes temas de la existencia humana, angustiándose por el paso del tiempo y la muerte, tal vez a causa del fallecimiento de su esposa Leonor.
Así que, en este poema a comentar se puede hallar, bajo la simple apariencia de una poética descripción de un árbol de su amada Castilla, un segundo sentido, pudiéndose comparar con una vida humana, o mejor dicho, con cualquier vida de un ser humano, con su primera exuberancia de juventud, la madurez y el posterior deterioro con el paso de los años.Pero no todo el poema gira solamente en tomo a la idea del envejecimiento de las cosas o personas, sino que el poeta precisamente se centra, entre la ruina del olmo, en una pequeña esperanza de resurgimiento de la vida, en forma de hojas verdes nuevas con la llegada de la primavera, del mismo modo que cuando nosotros muramos otros ocuparan nuestro lugar en la humanidad.
Al principio del poema, se hace una descripción del protagonista, el olmo, el cual es ya viejo y las vicisitudes de su existencia, en este caso climáticas lo han. dejado malparado, ya que está:
“…hendido por el rayo y en su mitad podrido,”
es decir, le cayó un rayo encima que lo dejó casi destruido y además está podrido por dentro hasta la mitad. En estos dos primeros versos hay una gran utilización de los fonemas /o/, /i/, /e/, /d/ y con esta aliteración se produce una sensación de patetismo y desolación.
Pero tras esta primera triste imagen, se da paso a un hecho que es importante para el yo poético:
“con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.”
Utiliza un hipérbaton para cambiar el orden normal de la frase y damos al final un elemento alegre o esperanzador en contraposición con la anterior desolación. Y da un rodeo (perífrasis) para situarse en el tiempo en el que ha ocurrido la salida de esas hojas verdes, que es, aunque se sobreentiende, la primavera.
Él lo expresa mediante dos hechos característicos de esta estación: las frecuentes lluvias del mes de abril y la posterior llegada del buen tiempo en mayo.
Como ya se ha dicho, el poeta siente gran estima por las tierras altas de Castilla y en el poema nos situa al olmo, del cual hace otra vez referencia a su edad, calificándolo ahora de “centenario”:
“…en la colina
que lame el Duero!…”
Los signos de admiración dan más énfasis la frase, auydándonos a comprender lo que para el autor significa aquella tierra, Se produce un paréntesis en la parte descriptiva para damos una rápida visión del paisaje que está contemplando o que ha contemplado muchas veces y tiene grabado ya en la memoria, de manera que en nuestra mente se coloca ya al olmo en un ambiente, y no como se nos presenta al principio, en un entorno sombrío y solitario. Además, la colina en la que se encuentra el olmo está junto a un río, el Duero.
El yo poético lo expresa con el verbo “lamer’, es una prosopopeya ya que la colina no tiene lengua, pero esta expresión acerca más la colina al ríoío que si por ejemplo utilizara la expresión “al lado” o “junto”. Y este hecho, que la colina y el olmo estén tan cerca del río, embellece y da más vida al paisaje que se ha creado en nuestra mente, por estar el río siempre en constante movimiento y ser el agua símbolo de vida.La descripción que sigue del olmo parece que tenga diversas partes diferenciadas, ya que primeramente utiliza gran cantidad de adjetivos que nos ayuden a ver en qué estado tan lamentable se encuentra éste:
“…Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
“Por la forma en que está construida esta frase, ésta toma velocidad, es decir, sepronuncia rápidamente, y jugando con los fonemas de los adjetivos (aliteración) /a/, /e/, /i/, /o/ nos produce una sensación desagradable, de podredumbre, de manera que queda relacionada con la descripción inicial, en la que ya se nombra este hecho. Posteriormente, el yo poético compara al pobre olmo con otros árboles, los álamos.
Estos árboles son de altura considerable y también se encuentran a los lados de los ríos y los caminos, como el yo poético indica, de manera que parece que los- guarden, que los protejan, aunque claro, eso no es posible ya que se trata de seres inanimados (prosopopeya). Además, él califica a estos ‘árboles de “cantores”, pero en realidad no se está refiriendo a los árboles en sí, sino a los pájaros que habitan en ellos, que no se ven escondidos entre las ramas y las hojas, pero que en cambio sí puede oírse su música, como si saliera de los árboles en los que habitan. Pero el yo poético los cita solamente para poder compararlos con su destartalado olmo y pasándose al tiempo futuro, lo ve completamente solo, sin ningún pájaro, en este caso ruiseñores, famosos por su alegre canto, que quiera habitar en él para darle vida y alegrarlo con su música. Después vuelve con su olmo para describir como un:
“Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él,…”
Naturalmente, no se trata de un ejército de tales insectos, pero los compara metafóricamente con uno porque sempre se encuentran juntas en gran número y porque su organización, como la de las abejas, es perfecta, sabiendo cada una lo que debe hacer.
Además, estos versos sirven para indicar, como los anteriores, que los únicos seres vivos que quieren vivir en él son las hormigas silvestres, que se alimentan de inmundicias, y las arañas, las cuales “urden”, es decir, tejen sus telas en las “entrañas”, en el interior podrido del árbol.

Aunque el yo poético habla del olmo en tercera persona hasta la mitad del poema, convirtiéndose estos versos en una descripción del estado del árbol, posteriormente se dirige al árbol como si éste pudiera contestarle, apostróficamente. De este modo, con este recurso, parece que le esté diendo alma al ser vegetal, de manera que al referirse al árbol, éste pierde un poco su situación de ser irracional, pareciéndose más a una persona y siendo más capaz de transmitir sensaciones al lector, como si se tratara, en su imaginación, de un anciano a punto de morir.
En todo el resto del poema hasta el final, excluyendo los tres últimos versos, el yo poético cambia el orden normal de la escritura (hipérbaton), en la que el sujeto y el verbo van primeros, seguidos de los complementos correspondientes. Este recurso lo utiliza para exponer, antes de la conclusión, todo lo que puede ocurrirle al olmo en su estado. El modo verbal cambia a subjuntivo, expresando la posibilidad, ya que el yo poético no sabe realmente lo que ocurrirá.
Al principio de cada uno de esos hechos que expone, utiliza el adverbio “antes” como anáfora, de manera que ya se supone que el yo’ poético quiere expresar un deseo o voluntad antes de que ocurra alguna de esas cosas, pero este deseo no se nos es revelado hasta cash el final del poema, finalizando ya toda la narración aunque después haya una pequeña reflexión personal .El primer caso que expone es:
“Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;”
Cambiando el orden normal de la frase, lo que primero se le aparece al lector es el verbo, en este caso “derribar”, de manera que éste ya se da cuenta enseguida de las cosas horribles que pueden ocurrirle al pobre árbol, después de haber sentido el patetismo de la descripción anterior. En este caso el que derriba al olmo es el leñador, para que después el carpintero lo transforme en algo útil. No puede utilizarlo para hacer cosas hermosas, ya que su madera no está en buen estado, así que el yo poético nos enumera algunos instrumentos de madera sencillos, que sean de utilidad y no para decorar y ser vistos, como por ejemplo los muebles, sino la melena de una campana, es decir, el armazón de madera que va unido a ella y que sirve para voltearla, o instrumentos que se utilizan en el campo, como una lanza de carro (la vara de madera que va unida por uno de sus extremos al juego delantero de un carruaje y sirve para dirigirlo) o un yugo de carreta (instrumento al cual, en forma de yuntas, se unen los animales de labor). Otra de las cosas que podría pasarle es que acabara ardiendo en un fuego tierra. Con el adverbio “mañana”, utiliza una metonimia, ya que no se refiere en realidad al día siguiente sino a cualquier día futuro.
El yo poético se vale de una metáfora, “rojo”, para describir el hecho que se estaría quemando. Pero en realidad, para el yo poético lo triste no es que acabara quemado, sino que ardiera en “alguna mísera caseta” seguramente de algún labrador que vive en el campo como indica el verso:
“al borde de un camino;”
y no en la ciudad, en la casa de alguien bien acomodado. Ese sería el verdadero deshonor.
Seguidamente da paso a otra posibilidad, al hecho que fuera arrancado por un torbellino. El término “torbellino” puede tener dos significados, ya que el árbol se encuentra en la ribera del Duero y el movimiento de las aguas de un curso fluvial
recibe el nombre de torbellino, al igual que el movimiento de rotación del aire. El verso:
” y tronche el soplo de las sierras blancas;”
podría explicarse si el poeta o el paisaje que describe se encontrara en el paso del Duero por Soria, ya que ese “soplo” podría traducirse por el aire frío que llega de las montañas nevadas del Sistema Ibérico, o si o puede ser que el yo poético se refiera a la futura llegada del invierno.
Y el último caso que expone es que el olmo pueda ser arrastrado por la fuerte comente del río, que se encuentra en su curso alto y tiene abundante caudal, hasta que éste lo dejara en el mar tras su larga travesía, pasando
“por valles y barrancas,”
Finalmente, el yo poético nos hace conocedores de su deseo. El lo expresa en los dos versos siguientes:
“olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.”
Después de haber visto el estado lamentable del olmo y la pequeña chispa de vi que de él brotaba, el yo poético desea guardar un recuerdo escrito del maravilloso hecho.
Pero en realidad, aunque parezca una contradicción, ya lo ha hecho en el mismo poema, de manera que ha dejado esta frase para el final, cuando ya ha hablado extensamente del árbol, y parece que el poema no haya sido compuesto intencionadamente, sino simplemente en la mente del autor. Este recurso expresivo da sinceridad y veracidad al poema. El yo poético, aunque ha descrito todo el árbol en general, en la idea principal en la que quiere centrarse y con la que quiere terminar el poema es en la aparición de esas nuevas hojas verdes, con la gracia de tu rama ‘Verdecida.” es decir, la hermosura de una rama a la que califica de “verdecida”, o sea, coloreada por el vivo color verde de las hojas nuevas. En los tres últimos versos parece que el yo poético se aparta ya un poco del tema concreto del olmo :
“Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.”
Estos tres versos parecen reflejar algún deseo o esperanza del yo poético, como todo el poema anterior hubiera sido un ejemplo para él mismo que le ayudara animarse y a mantener la esperanza.Cuando dice “mi corazón” se está refiriendo a su alma, a sus sentimientos, a él mis El yo poético utiliza el recurso de la metonimia, de tipo la parte por el todo. Y “espera”, dice,”otro milagro de la primavera.”,siendo el primero la aparición de las hojas verdes en el árbol muerto, pero en reali no se llega a descubrir que es lo que está esperando, aunque, eso sí, debe ir”…hacia la luz y hacia la vida,”
Tal vez se refiere a la aparición de una nueva vida, mientras otra se va al final de vejez. Y el término primavera podría tener un doble significado, refiriéndose metafóricamente a la juventud, fresca y vital.
Quién sabe si el poeta Machado recordaba su infancia y su juventud mientras paseaba por la orilla del Duero.
Campos de castilla
Comentario hecho por un alumno de 18 años-Nivel: Bachillerato, Selectividad


Esta es la gran hipocresía del método de comentario de texto, y es que se enseña a los alumnos a hacer un truco, un truco que se aprende sumamente bien, y que es poner palabrería y cháchara muy bien redactada, rizar el rizo, superlativizar los aciertos del autor o encontrar cosas que ni se propuso. El método, tan reglado, es el principal enemigo de la naturalidad con la que se debería hablar de poesía. Pero es la única forma que hay de iniciarse en ello, y seguro que este chaval será un lince y un rival temible que se defenderá siempre bien en cualquier recensión. Se deberías puntuar según el número de IDEAS que aparece en un comentario, y no en filigranas del tipo "mamá, mira qué bien escribo". Se les debería dar a leer "la muerte del abuelo" de Vicente Aleixandre, y que ellos hablen sobre el fondo del poema, antes que la forma y el recitado de recursos estilísticos. Espero haber desatado polémica y reflexionar, y que prenda la mecha de los comentarios.

EL UNIVERSO GALDOSIANO (o la novela como Tierra-2)


Al margen de que sorprenda la gran cantidad de obras de Benito Pérez Galdós y la gran calidad de todas ellas, se nota que se lo pasaba en grande escribiendo, consagrando su vida a la ampliación de su universo de ficción. Y es que es realmente original para la época que los personajes de una novela aparecieran en otra. Así, el médico que devuelve la vista a Pablo el ciego en MARIANELA, es hermano del funcionario de MIAU, y un personaje al que vimos por última vez abandonar su niñez para marchar a la ciudad a estudiar, reaparecerá luego en otra novela ya como adulto, y suma y sigue, tanto en los episodios nacionales como en sus obras aparentemente inconexas. Es una prolongación de las características del Realismo Español que los libros imiten a la vida, en la que nuestros amigos aparecen y desaparecen tras largo tiempo sin verlos, y nos cuentan de sus cosas. Me viene a la cabeza la dedicatoria de un romántico, Goethe, en el Werther, que invita al lector a que sus personajes sean sus amigos en ausencia de uno verdadero.

viernes, 17 de diciembre de 2010

LA ÚLTIMA ENSEÑANZA DE PATRONIO


Cuántos de nosotros no desearíamos tener en nuestra vida álguien tan sabio como Patronio. Un amigo leal que nos aconsejara siempre correctamente qué hemos de hacer, y encima nos contara un cuento. Pero al final del libro, en el cuento 50, Patronio advierte al Conde que "éste es el último consejo que va a darle". Patronio cree que es indigno que el Conde no obre y decida por sí solo, y que ya está preparado para tomar sus propias decisiones. Aún así, hay un último cuento añadido, el 51. Vemos aquí que Patronio considera que el Conde está dependiendo peligrosamente de su vasallo, y que es el conde el que ha de estar por encima en inteligencia porque ése es el orden normal de las cosas. Presumo que Patronio es Alfonso X y Lucanor su sobrino Don Juan Manuel, pero Patronio es un Sancho Panza ilustrado, un Sancho posterior a la muerte de Alonso Quijano, tal y como el que Andrés Trapiello describe que aprendiera a leer de manos del mismísimo Bachiller Sansón Carrasco.

martes, 14 de diciembre de 2010

¿Es Harry Potter un plagio?


A pesar de que parece son evidentes los paralelismos entre el joven mago y la saga del El Juego de Ender de Orson Scott Clark, cambiando magia por tecnología fantástica, hay una serie de cómic muy anterior a Potter llamada Books of Magic, cuyo protagonista, Tim Hunter, es Harry calcao. Y como el mago es más popular, en los tebeos se apresuraron a hacer crecer al protagonista para distanciarse de las películas. Esto demuestra que J.K. Rowling era una ávida consumidora de tebeos, porque ¿qué es Hogwart, sino la Escuela del Profesor Xavier para Jóvenes Talentos?

¿Vivimos ya en el Mundo Feliz de Aldous Huxley?


Y es que vamos en camino, a tenor del indiferentismo religioso, el ocio a toda costa, anestesiados con películas de violencia fantástica. El sensorama son las 3D, y el soma son los ansiolíticos. La manipulación genética de embriones da algo de miedo, y la sociedad está estresada, apuntándose cada vez más a gimnasios cubiertos y dejando de lado el deporte al aire libre. Abducidos en redes sociales, sin el gran apagón de TV y ordenadores que necesita el hombre para volver a su estado natural. Da repelús pensar que esta novela se escribió en 1932. Aldous Huxley, quizás uno de los primeros escritores que usaron el movimiento futurista de principios del siglo XX para crear utopías morales, es decir, que dejan un mensaje preventivo sobre el posible futuro mediante una sociedad temible y repelente, había escrito otra distopía mucho menos obvia que la de Orwell, llamada Brave New World. En la sociedad de Huxley, la gente no teme al gobierno totalitario que tiene el poder sobre el mundo entero: lo ama.

Huxley encontró un sustituto ideal de Dios en Henry Ford por la invención de la cadena de montaje, tecnología que trajo al mundo la posibilidad de la creación masiva de productos y de la masificación de los bienes. Ford es fuente directa del consumismo, del utilitarismo. Y pensando en el sentido actual de la Navidad, no puedo sino preguntarme qué hace falta para recordar a la gente el verdadero significado de las cosas. Quizá por todo esto viene una crisis económica mundial, en la que, como siempre, habrá gente que piense "menos mal que no soy un gamma".

martes, 7 de diciembre de 2010

Canción de hielo y fuego: un universo en expansión.


Tal como ha sucedido con algunos de los grandes libros que alcanzan la categoría de clásico, la saga Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin está por fin haciéndose con su propia entidad visual a través de las fabulosas ilustraciones que varios artistas especializados están realizando a propósito de esta vasta trama fantástica de traiciones y guerras, y no necesariamente para las portadas de sus distintas ediciones. El que los libros de Martin inspiren obras pictóricas no relacionadas con su lanzamiento editorial ayuda en buena medida a asentar la saga como referente cultural y expanden enormemente el alcance de su universo. No hace mucho han salido a la luz unas cuantas obras del afamado ilustrador conceptual Ted Nasmith que ilustran los grandes castillos, palacios y fortalezas de Poniente. Forman parte de un calendario para el año 2011, en el que la saga adquirirá pleno protagonismo con el estreno de su adaptación en el canal HBO y el más que probable lanzamiento del esperado quinto volumen, Danza de dragones. Incluyen visiones hiperrealistas de Invernalia, Pyke, el Nido de Águilas, Harrenhal, Rocadragón, Los Gemelos, el Muro y las ciudades de Desembarco del Rey y Antigua. Aquí la página oficial de Nasmith, famoso por sus ilustraciones de los libros de Tolkien. Una imagen de Desembarco del Rey:


Pero Nasmith no es el único que se está afanando en esta exploración visual de Poniente, sino que otros ilustradores como el artista digital Marc Simonetti (web aquí) aportan un interesante grano de arena con obras como la siguiente, que representa la fortaleza de Pyke:


Aunque hay muchos más trabajos interesantes sobre la saga de Martin, quiero terminar con estos curiosísimos mapas de las principales ciudades mencionadas en los -hasta ahora- cuatro libros de la saga, a cargo de J. E. Fullerton. Impagables. Pueden verse aquí, e incluyo su versión del mapa de Dorne:

viernes, 3 de diciembre de 2010

El cementerio de Praga: ¡Umberto Eco ha vuelto!


¿Pero no decía usted, señor Eco, que no volvería a la novela tras La misteriosa llama de la reina Loana? Pues nosotros nos alegramos de que haya cambiado de opinión, porque una bibliografía de sólo cinco libros de ficción sabía a poco... si es que pueden saber a poco cosas tan impresionantes como El nombre de la rosa o El péndulo de Foucault, e incluso la menos conocida aunque inigualable Baudolino. Personalmente, ardo en deseos de hacerme tanto con esta nueva novela de corte folletinesco a lo Dumas, El cementerio de Praga, como con La isla del día de antes, título que me queda pendiente desde hace tiempo.

La sinopsis de contraportada:

«Me da vergüenza ponerme a escribir, como si desnudara mi alma.» Así empieza el relato vital del capitán Simonini, un piamontés afincado en París que desde joven se dedica al noble oficio de crear documentos falsos. Estamos en marzo de 1897 pero las memorias de este curioso individuo abarcarán todo el siglo XIX. La infancia de Simonini transcurre en Turín, con la permanente disputa entre su abuelo, un conservador monárquico antisemita, y su padre, un revolucionario dispuesto a luchar por las causas más nimias. Muy pronto, el joven demuestra sus habilidades para el engaño y se convierte en espía.

Umberto Eco en la actualidad. Imagen de La Mula.

Por el momento, y antes de haber leído la nueva obra del semiólogo italiano, he podido enterarme por ahí de que se adentra en el terreno tan trillado de la novela histórica, si bien es cierto que solamente Eco podría tener la altura moral suficiente para ofrecernos el canto del cisne de un género que él mismo convirtió en éxito allá por los primeros años 80. También se comenta, se dice, se rumorea, que el argumento del libro puede levantar ampollas entre ciertos sectores conservadores, seguramente los mismos que han sido vapuleados por los best-sellers de aeropuerto más vendidos (¿será la Iglesia otra vez?), aunque Eco sorprende otra vez por la frescura de un autor que no renuncia a escribir como lo haría un joven y rebelde debutante. Las expectativas son altísimas, a la espera de formarnos un criterio propio.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA AUTORÍA DEL LAZARILLO


Cuando ya nos habían jurado que el autor del Lazarillo es Alfonso de Valdés, y que al 90% así lo aseveraban los estudios de la filóloga Ana Navarro Durán, y los manuales de texto, salen el año pasado con la revelación de que el autor es Gutiérrez de Cetina. El primero es el autor del Diálogo de la Lengua, y el segundo un poeta de cancionero. No voy a leer la tesis del trepa de turno que quiere adjudicar la obra si el autor quiso ser anónimo. Distinto es el anonimato cuando se hace desde lo apócrifo, entonces presta más a ser descubierto, pero ¿qué hay de malo en guardar el misterio del Lazarillo por siempre? El autor del Lazarillo es Lázaro de Tormes, y se acabó.

lunes, 8 de noviembre de 2010

LA NECROLÓGICA DE BÉCQUER


O como despedir a álguien con la elegancia de los románticos. La esquela tal y como se publicó en "Gil Blas".

miércoles, 20 de octubre de 2010

EL HOBBIT FINALMENTE... ¡ SE HARÁ !


Tras ser despedido Guillermo del Toro, será el propio Peter Jackson quien adapte el prólogo al Señor de los Anillos. Los lectores del libro estamos deseando ver al dragón Smaug, al enano Thorin, y a Gandalf el Gris (que no blanco) Personalmente estoy entusiasmado, a ver si Jackson recupera el tono y paisajes de La Comunidad del Anillo (que considero la mejor de las tres partes). El Silmarillion es inadaptable, pero hay que aprovechar hasta donde Cristopher Tolkien ceda.

martes, 19 de octubre de 2010

OTFRIED PREUSSLER


Este simpático viejecito es con Michael Ende el mejor autor infantil vivo. Su obra completa fue premiada, entre otros, con la Mención Honorífica como "Autor Altamente Recomendado" del Premio Hans Christian Andersen (considerado como el "Premio Nobel" de la Literatura infantil y juvenil). De él únicamente he leído " Las aventuras de Vania el forzudo",

un relato de tono serio y carácter mítico, que explica la ascensión al trono de un país ruso de un joven campesino que deberá superar varias pruebas de gran exigencia. La primera es dormir siete años en la repisa de una chimenea, para alcanzar una fuerza sobrehumana.

El otro libro es Tomás Espantapájaros, la fábula de un espantapájaros que descubre el mundo y finalmente es quemado por los niños, resucitando sus cenizas viajeras. Explica el ciclo completo de la vida con una criatura mágica. Es un largo poema en prosa, en realidad, que me gustó más que Juan Salvador Gaviota u otros similares.

miércoles, 6 de octubre de 2010

EL FIN DE LA ETERNIDAD


Es una vieja novela de Asimov escrita en 1955 y que, desde una óptica menos aventurera que H.G.Wells, teoriza sobre los viajes en el tiempo, de la única forma realista posible: Si pudieran realizarse, ya estarían los hombres de esos tiempos, actuando sobre los presentes, de forma que Asimov trata el tema de las realidades alternativas, y las paradojas, tanto temporales como estéticas (ya el título es una), de escoger entre la felicidad propia o la de toda la humanidad, pasar un rato con un hijo que nunca tendrás, o, la idea más inquietante de toda la novela: La ventaja que los hombres de los tiempos más avanzados tienen sobre los pretéritos, y ahí están los misteriosos "hombres de los siglos ocultos", que trascienden a los que descubrieron el viaje en el tiempo. El auténtico viaje, es que recordaremos todos, es el que nos lleve al Infinito, espiritual y físico. Y la lectura de este libro me llega veinte años después de haberlo comprado, recomendado y paralelo al descubrimiento anunciado de un planeta similar a la tierra al que la Humanidad podría mudarse. Inquietante, esto del imaginario colectivo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Capítulo 12+1: LOS PUNTALES DE LA TIERRA


Es una curiosidad, un puro retruécano, que el autor de uno de los folletines más exitosos de todos los tiempos lleve el apellido Follett. Los pilares de la Tierra (libro que no he leído al completo) es una de esas obras que todo lector de a pie tiene entre sus favoritas. Publicada en 1989, esta extensísima novela de género histórico describe los entresijos de la construcción de una catedral gótica en la villa inglesa de Kingsbridge, en el siglo XII. Multitud de personajes entretejen sus tramas vitales con un trasfondo de guerras feudales, traiciones, amoríos imposibles, buenos buenísimos y malos malísimos. Ha dado lugar a una reciente secuela titulada Un mundo sin fin.

Un buen lector amigo mío afirma que, si bien Los pilares de la Tierra no es un mal libro, falla al no ser capaz Ken Follett de dotar a sus personajes de una personalidad realista, una "redondez" que verdaderamente nos permita sorprendernos de sus decisiones. Tampoco parece que Follett consiga dar verosimilitud histórica a su trama, ya que las motivaciones de algunos personajes son plenamente contemporáneas e impensables en un contexto medieval. Siempre podremos decir que la complejidad de carácter de un personaje es algo supeditable a otros aspectos como, sobre todo, el argumento. Yo podría estar de acuerdo, a sabiendas de que la a veces excesiva importancia concedida a la introspección en los personajes no es sino una buena costumbre convertida en mal dogma por autores del Modernismo como James Joyce o Virginia Woolf. En la buena novela de género, si bien se disfruta mucho más cuando el personaje tiene claroscuros, lo realmente importante es el qué, y no tanto el quién. Si concebimos novelas como Los pilares de la Tierra según este criterio, siempre tienen la opción de salvarse de la quema.

Ken Follett, novelista y cantante de blues.

Otra cosa es que hablemos del género histórico -o pseudohistórico, que de todo hay- y nos pongamos a comparar unas novelas y otras, a ver cuál sale ganando. Desde luego, yo no puedo ser un buen juez en este sentido, ya que la novela histórica nunca me ha atraído demasiado. Mi referencia básica es El puente de Alcántara, de Frank Baer, una de las mejores novelas históricas que soy capaz de imaginar. Personajes redondos, un realismo atronador y una trama envolvente completan una obra plenamente satisfactoria que, de no ser por el mega-best-seller de Follett hoy en día podría ser vista como el paradigma del género.

Edición en bolsillo.

Estos días están pasando por televisión la adaptación de Los pilares de la Tierra que recientemente han producido Ridley y Tony Scott, y que cuenta con el pleno beneplácito del autor de la novela. Obviando las diferencias que siempre puede haber entre un libro y una película (una serie en este caso), es notorio lo que, a priori, se me dijo sobre esta obra: los personajes se mueven siempre empujados por un impulso primario, los buenos por el amor, la justicia y la búsqueda de la felicidad personal; los malos por la codicia, el odio, la ambición y la venganza. Nunca uno de los buenos hará algo malo; nunca uno de los malos hará algo bueno. Son todos peones en un juego de ajedrez cuyo mayor interés radica en saber qué nueva fechoría tramará el clérigo malvado para fastidiar a los buenos y matar a unos cuantos de ellos, o con cuál de los dos maromos se quedará la chica, con el raro-artista-incomprendido o con el normal-empresario-emprendedor.

Cartel de la serie de TV (o portada del pack en dvd).

Del mismo modo que nunca se debe juzgar un libro por su portada, jamás deberemos juzgar una novela por su adaptación en imágenes, pero desde luego, Los pilares de la Tierra (la serie) me mantiene en un estado de escéptica incertidumbre, a sabiendas de que Ken Follett camina sobre una cuerda floja que, de ser finalmente atravesada me puede entusiasmar; y de terminar en una caída, puede evitarme la innecesaria lectura de un ladrillo de 1000 páginas. A opinar.

domingo, 12 de septiembre de 2010

EL GUARDIÁN EN EL CENTENO, de J. D. Salinger


Holden Caufield está peligrosamente perdido en un inconformismo y rebeldía interior contra el mundo. Y está a punto de perder la cabeza un día en el que se fuga/expulsan de su internado, que le lleva a un vagabundeo muy realista, narrado con los pensamientos en cursiva. Holden no puede luchar contra la realidad, pero puede aportar un bien sencillo. Gracias a la visión de su hermana en el Tiovivo, no escapa de casa. Todo pasa, e incluso se siente simpatía por el dolor, porque se ha superado.

martes, 7 de septiembre de 2010

TOM SAWYER


Hucleberry Finn es considerada mejor novela, pero es en Tom Sawyer en la que están recogidos todos los deseos de libertad de la infancia: Construir una cabaña, fundar un club secreto, fugarse de casa, hacerse pirata, vivir aventuras, encontrar un tesoro. Desde que Tom Sawyer se enfrentase a unos bandidos, han sido muchos los héroes juveniles que luchan con el terror adulto (y si no, ahí están las novelas de Los 5 de Enid Blyton, que siempre estaban encontrándose con contrabandistas). De cualquier forma, estos niños se convertían en adultos a través de su buen corazón, con el primer beso de Becky, la valentía de Huck no delatando a su amigo de color, o Tom Sawyer manteniendo firme su acusación a un indio Joe que lo amenazaba de muerte veladamente en el juicio.

domingo, 1 de agosto de 2010

Capítulo 12: LA TRASTIENDA DE J.R.R. TOLKIEN (I)


El que John Ronald Reuel Tolkien sea uno de los grandes nombres de la literatura del siglo XX va mucho más allá del éxito de la famosa trilogía cinematográfica sobre El Señor de los Anillos. La de este profesor de literatura en Oxford es la historia de un hombre empeñado en tejer toda una serie de sagas heroicas que trascendiese lo meramente literario para convertirse en una especie de mitología alternativa a la escandinava, la germánica y la islandesa, por citar solamente unas cuantas de sus primas lejanas. Todos conocemos en mayor o menor medida ese mundo que él llamó Arda (la famosa Tierra Media no es sino una región de ésta), poblado de elfos, orcos, enanos, humanos y hobbits, y en el que un misterioso anillo trae de cabeza a unos y otros. Pero no estamos necesariamente al tanto de lo que pasaba por la cabeza de aquel pacífico erudito universitario mientras desplegaba sobre el papel lo que para muchos una simple trama fantástica.

Mapa de Arda. La Tierra Media es el continente de la derecha.

Lo primero que debe tenerse en cuenta es que, por más que El Señor de los Anillos sea universalmente aceptada como la obra cumbre de Tolkien, la más famosa e influyente a nivel popular sin la menor duda, su autor nunca la concibió como tal. Para él, lo verdaderamente importante era una historia muchísimo más amplia que abarcaría toda la historia de su universo, desde su misma creación hasta el momento en que los seres que habitaban en él dejaron de ser muy distintos de los que conocemos en el mundo en que vivimos. Toda esta trastienda tolkiana está básicamente integrada por poemas épicos que el autor venía desarrollando desde su juventud, inspirados en algunos casos por sus propias vivencias, desde los grandes y pequeños viajes que llevó a cabo en sus años de estudiante hasta su experiencia como soldado en la Primera Guerra Mundial y su posterior empleo como docente, lingüista y ensayista especializado. Este corpus literario iba siendo ensamblado lentamente como parte de un solo gran argumento que, a la muerte del escritor en 1973, recopilaría muy acertadamente su hijo Christopher en el libro que hoy conocemos como El Silmarillion. Este libro es la verdadera gran contribución de Tolkien, al menos ante sus ojos, de cara a la historia de la literatura.

Un joven J. R. R. Tolkien.

¿Dónde queda entonces El Señor de los Anillos en la producción literaria de Tolkien? Pues en principio, esta larguísima trilogía fue concebida sencillamente como una secuela más o menos oportunista de su best-seller de 1937, El Hobbit. Animado por su editorial, Allen & Unwin, Tolkien terminó dando su brazo a torcer en sus demandas de una nueva aventura del bonachón y valiente Bilbo Bolsón, reto que al parecer afrontó en principio con cierta desgana. Alguna súbita revelación debió tener el profesor cuando lo que iba a ser otra divertida aventura con dragones y demás se desplegó en su mente como una posibilidad de, como quien no quiere la cosa, entroncar con la colección de poemas que guardaba en algún arcón y escribir lo que venía a ser la conclusión de la epopeya cuasi-bíblica del mundo de Arda y sus pueblos, utilizando como nexo aquel anillo no demasiado importante con el que el bueno de Bilbo salía del atolladero un par de veces en El Hobbit. Efectivamente, El Señor de los Anillos no es sino la conclusión de la mitología de J.R.R. Tolkien, a pesar de que haya quien concibe sus demás escritos como meras "precuelas".

Túrin Turámbar, uno de los personajes más destacados de El Silmarillion.

Quien haya leído El Silmarillion (cosa que recomiendo con todas mis fuerzas) comprobará que la ya bastante compleja urdimbre de tramas de El Señor de los Anillos se convierte aquí prácticamente en la "Biblia" de un mundo que nunca ha existido, pero que bien podría ser el nuestro si atendemos a las altas y bajas pasiones que le otorgan coherencia. Cualquier drama personal de la trilogía toma aquí dimensiones shakespearianas; cualquier refriega es aquí una colosal guerra mundial; cualquier amor es digno aquí de desencadenar la destrucción o la salvación del mundo. Y no olvidemos el trabajo que debió suponer el crear varias lenguas para las criaturas de Arda, idiomas que son incluso utilizables en la práctica por cualquiera, friki o no, que se tome la molestia de aprenderlas.

Las águilas vuelan hacia la ciudad secreta de Gondolin, en El Silmarillion.

Por supuesto, salta a la vista al tener en las manos El Silmarillion que no es una obra especialmente extensa, menos teniendo en cuenta la cantidad de material que manejó Christopher Tolkien para su elaboración. Evidentemente, se trata de un resumen condensadísimo de los poemas del padre, y no habría sido justo que aquellos trabajos quedasen relegados a una simple fuente. Por eso, y pese a las injustas acusaciones de pesetero y aprovechado por parte de algunos indocumentados, Christopher Tolkien ha ido publicando pacientemente todos los manuscritos de su padre tal cual fueron creados, agrupados todos ellos en dos extensas series: Historia de la Tierra Media, publicada en nueve volúmenes, e Historia de El Señor de los Anillos, publicada en cuatro gruesos tomos, todo ello bien lleno de anotaciones, genealogías y gráficos. La primera serie abarca los poemas de Tolkien sobre la mitología antigua de Arda, cuando los elfos y sus deidades convivían en un mundo joven en el que todavía no habían sido creados en sol y la luna, y cuando el villano supremo era Morgoth, El Gran Enemigo, del que Sauron, villano máximo en El Señor de los Anillos, no era sino un vasallo. La segunda serie está concebida sobre todo como una visión pormenorizada del proceso de escritura de la famosa trilogía, incluyendo los borradores descartados de cada capítulo, los problemas que el autor iba encontrándose a la hora de desarrollar la trama, etc.


Ando estos días hojeando -que no leyendo, pues su complejidad es aterradora- El retorno de la sombra, primer tomo de la Historia de El Señor de los Anillos, incitado sobre todo por la fascinación que despierta comprobar los pequeños pasos que dan los genios en la trastienda de su mente mientras, a veces sin pretenderlo, conciben obras que rebasan cualquier expectativa de sus propios autores. Ahora me voy enterando de que Frodo iba a llamarse Bingo, de que aquel primer jinete negro que olfateó a los hobbits en el camino a Bree era el mismísimo Gandalf, de que Aragorn era un hobbit de nombre Trotter, y sobre todo de que Tolkien no tenía ni idea de qué iba a pasar en cada capítulo mientras redactaba el anterior. A ver si se me pega algo.

martes, 13 de julio de 2010

FRANCISCO UMBRAL Y LAS PALABRAS DE LA TRIBU


Las novelas de Paco Umbral han sido siempre muy aburridas, no así sus libros de pensamiento y opinión o autobiográficos. Así, Mortal y Rosa, dedicado a su hijo fallecido, o El hijo de Greta Garbo, en honor a su madre, me parecen de lo mejor de su obra, junto a las columnas de Los placeres y los días en el Mundo, en el que Raúl del Pozo es un pobre sustituto después de un año de homenajear a Umbral todos los escritores de España. Otro día hablaremos aquí de sus columnas más destroyer. Hoy quiero hablar de Las palabras de la Tribu, un libro que leí en COU y en el que Umbral disecciona a la Generación del 98 y a la del 27, amén de a los tremendistas de la novel social de los años 50, con anécdotas personales de estos últimos. La posición de camaradería y de sentido tribal (dar otro sentido a las palabras de la tribu es de un texto de Mallarmé) se afianza en unos juicios certeros y afectuosos. Umbral por último, desde su podio, arremete contra los narradores actuales, a los que pulveriza. Esto enlazaría más con el final de su vida, con su polémica con Pérez-Reverte o su mecenazgo y posterior desilusión hacia Juan Manuel de Prada. Acerté al leerlo en su día, y a pesar del personaje, siempre admiré a Umbral, y el tiempo lo puso en su sitio, todos los premios, incluido el Cervantes y el Príncipe de Asturias vinieron después de mi lectura en COU, donde un buen profesor nos lo señaló como el mejor prosista vivo de España, y no se equivocó. Dijo umbral: “Mi vida no ha sido más que literatura, leída o vivida”, Las palabras de la tribu es un canto de amor a la literatura. De amor individual, insólito y libre. Umbral ama a quien le da la gana, pretiere a los que no soporta y no arrima paños calientes para defender a nadie.Umbral va presumiendo de nocturno y amigo, de bohemio que enterró a bohemios, de joven listo y poco rapaz, de amado que se dejaba amar. Aquí van algunas de sus frescas: “Antonio Machado tiene una filosofía de zapatero remendón” o “Vargas Llosa es un faulkneriano guapo y aburrido”. Todo el estilismo, todo el preciosismo, todo el virtuosismo de Azorín no son sino un mantenido esfuerzo por ocultar al chufero valenciano. Se ha dicho que Ramón era un gordo con alma de fino. Yo creo que no, que Ramón tiene alma de gordo, satisfacción y apetito de gordo, y su literatura es la literatura del buen apetito por el mundo, que hasta llega a encontrar comestibles los relieves de los edificios históricos, en París"Con Galdós se ceba a lo bestia; "no le perdona la prosa", y dice de él:"Tuvo desde muy pronto cara verde de billete de mil pesetas, avaricia literaria de solterón putañero, alma de portera y una grandeza de indiano enriquecido que se explica por su origen canario, casi americano.

sábado, 3 de julio de 2010

SOMBRAS SOBRE BAKER STREET

No sé si es casualidad que tuviera en la cabeza una entrada lovecraftiana justo al comenzar las vacaciones, como El Conde, o que los dos tenemos los mismos gustos. Bien, pues he retomado donde aparqué la lectura de este libro de autores varios que mezcla el Universo Holmesiano con Los Mitos de Chulthu que disecciona la entrada anterior. Y el problema es que los relatos resultan igual de anticlimáticos que los de Lovecraft, porque, si en ninguno de ellos se nos narraba la lucha definitiva contra los Primordiales, tampoco en estos Holmes va más lejos de una escaramuza con algún elemento MUY tangencial de Lovecraft. Si habéis leído estos, terminaban con expresiones como "Y entonces lo ví, Dios mío, qué es ¡QUÉ ES!" o "por nada del mundo volveré a Insmouth/Miskatonic/Ry´leh/Arkham, y en mis pesadillas aún veo a esa criatura blasfemando/tocando la flauta en el centro del Universo". Pues estos de este volumen suelen terminar con una cita de Watson aludiendo a que Holmes jamás explicó del todo qué había pasado allí. Aparecen algunos personajes de la época, como Carnaki el cazafantasmas, Irene Adler, el hermano de Holmes, Mycroft, e incluso H.G. Wells el escritor. Uno divertido enfrenta a Holmes con el Dr. Nikola, que busca la comunicación con la Cabra Satánica esa de los Primordiales (y blasfema, blasfemo es el adjetivo común a esos bichos) y en el que se nos revela que la obsesión de Holmes por la apicultura radica en que hay una abeja que produce un ingrediente del elixir de la eterna juventud. Un libro desigual y bastante malillo, pero entretenido. El mejor cuento (que es de Neil Gaiman) transcurre en una realidad paralela en la que Holmes y Watson intercambian sus papeles con el doctor Moriarty y el feroz coronel Moran.

viernes, 2 de julio de 2010

Capítulo 11: EL HORROR CÓSMICO

Magnífica edición de los relatos de Lovecraft.

¿Qué se puede hacer cuando a los lectores tradicionales de novelas de terror han dejado de darles miedo los vampiros, los hombres lobo, las momias y los fantasmas que arrastran cadenas? Esta misma pregunta se hizo sin la menor duda el autor de Providence H. P. Lovecraft cuando, muy a principios del siglo XX, se planteó la necesidad de dar rienda suelta a sus inquietudes en pro de una renovación del género que tan bien había abordado su admirado Edgar Poe. Su medio sería casi siempre la publicación de relatos en revistas especializadas como Astounding Stories, lugar de aparición, por ejemplo, de En las montañas de la locura.

Howard Phillips Lovecraft

Desde luego, el camino no era el de continuar en la línea del terror gótico británico, con castillos oscuros y damiselas gritando con jorobados tras los talones. Poe fue capaz de introducir el terror en la literatura como elemento casi folclórico, entremezclando los viejos relatos de aparecidos con la recién implantada cultura norteamericana. En las mismas regiones inhóspitas y pantanosas donde antaño pululasen los indios y los temerosos colonos puritanos, ahora había familias de rancio abolengo europeo que se construían mansiones decadentes en las que encerrarse, apretarse sus corsés y recelar de todo a su alrededor, creando de paso atmósferas opresivas en las que las maldiciones familiares afloraban a las primeras de cambio. Tampoco se libraban otros ambientes más cosmopolitas, sobre todo teniendo en cuenta el oscurantista ambiente universitario que describe Lovecraft en la ficticia ciudad de Arkham y su universidad de Miskatonic.

Según reza el pie de foto de esta imagen que he encontrado en Internet,
no se deben leer en voz alta los libros de la universidad miskatónica.

La Nueva Inglaterra de Lovecraft no era sino una imagen relativamente modernizada de la América de Poe, en la que, a los viejos atavismos puritanos, se unían ahora el peso de una modernidad que llegaba a pequeñas dosis, como de muy lejos, y vista seguramente más como una amenaza a los valores tradicionales que como una forma de progreso. Aquí debió encenderse la bombillita de Lovecraft, que supo encauzar el revolucionario y vertiginoso pensamiento científico de su época (pensemos, por ejemplo, en la brutal revolución que supusieron la Teoría de la Relatividad General de Einstein, o la cada vez más aceptada teoría evolucionista de Darwin) en pos de su causa literaria, enfocándolo mucho más como una causa de temor que de esperanza en bonitos futuros utópicos. No en vano, muchos de los personajes de los relatos de Lovecraft parecen resistirse a abandonar las tradiciones de los viejos pueblos de la América profunda, donde pueblerinos supersticiosos veneran a deidades malignas y practican la consanguineidad hasta el hastío. Véase El horror de Dunwich.

Portada de una edición ilustrada de El horror de Dunwich.

El universo, que a principios del siglo XX se entendía ya como el vasto abismo que todos sabemos que es, fue en los escritos de Lovecraft el origen absoluto del mal, de la incertidumbre ante los seres que pueden poblarlo, o ante los que en algún momento del pasado remoto pudieron llegar a nuestro mundo -eones antes que nosotros- y añadirlo a sus imperios de caos y destrucción. Lovecraft imaginó una prehistoria en la que distintas razas extraterrestres se enfrentaban por la posesión de la Tierra, todas ellas con un poder tan terrible que para nosotros habrían sido poco menos que semidioses. Pero el autor no se limita a hablarnos de ese pasado mítico como quien reescribe una era geológica desconocida, sino que plantea la posibilidad de que algunas de aquellas entidades sigan vivas, o en estado latente, en la actualidad, esperando el momento de volver a caminar entre nosotros, que a su lado -tanto en lo que a tamaño físico y poder se refiere- pareceríamos menos que microbios.

Pensemos en la criatura central de la mitología lovecraftiana: Cthulhu, una criatura de nombre impronunciable (el autor insiste en que los nombres de sus bestias queden un poco en suspenso) cuya sola visión puede hacer enloquecer completamente a un ser humano, de tamaño colosal, de aspecto humanoide aunque con cabeza de cefalópodo. Según los mitos que llevan su nombre, Cthulhu, ni muerto ni vivo, reposa en las ruinas de la desaparecida ciudad de R'lyeh, sumergida desde hace millones de años en algún lugar del Atlántico. Los sueños del monstruo, que nunca han dejado de fluir en alguna clase de dimensión paralela, van reclutando lentamente una legión de seguidores entre distintos cultos esotéricos humanos, a la espera de su apocalíptico regreso triunfal. Léase La llamada de Cthulhu para saber más.

Cthulhu en una escena de La llamada de Cthulhu.

¿Cómo no íbamos a tener miedo al pensar que un renacimiento de aquellas fuerzas cósmicas desatadas podría terminar con nosotros aplastados y pegados a la suela de un titán surgido del abismo? He aquí el poder del horror cósmico, sabiamente perpetrado por Lovecraft y su círculo (August Derleth, Robert E. Howard y Clark Ashton Smith, entre muchos otros), basado mucho más en las incertidumbres que abría la ciencia que en aquellos pobres monstruos deformes del parnaso decimonónico. Recomiendo la lectura de El morador de las tinieblas, un relato de la época de decadencia de los mitos en el que, sin embargo, se utiliza inteligentemente el peligro de la bomba nuclear como nuevo ingrediente del universo de monstruos lovecraftianos. Quien no conozca el horror cósmico y sea aficionado al género de terror está perdiendo el tiempo.

lunes, 14 de junio de 2010

EL GENIO ALEGRE DE LOS ÁLVAREZ QUINTERO


Los viernes a última hora es muy socorrido dedicar los últimos quince minutos a leer con los alumnos un sainete de los Hermanos Álvarez Quintero. Si encima logramos que el más desvergonzado lo lea con desparpajo y andaluz exagerado de gato Jinx, la risa está garantizada y todos nos vamos con una sonrisa. Los Álvarez Quintero formaron un tándem literario fuera de lo común. Cosecharon éxitos tanto en los escenarios como en los radioteatros. Escribían juntos, saludaban juntos desde las candilejas tras sus estrenos y asistían juntos a las tertulias al uso. Para los críticos y periodistas siempre fue un misterio qué parte de la obra pertenecía a cada uno de ellos. Incluso cuando falleció Serafín (1938) su hermano Joaquín, que le sobrevivió seis años, continuó publicando con el nombre de ambos. No se pudo saber si lo último había sido escrito a dúo o solo por el sobreviviente.Escribieron más de 200 títulos entre sainetes, comedias, dramas y zarzuelas, y algunos títulos alcanzaron notable popularidad, como: El Patio, La Reja, Las Flores, El Genio Alegre (1906), Amores y Amoríos (1908), Doña Clarines, Malvaloca (1912), Puebla de las mujeres, y las comedias de sabor castizo madrileño como Las de Caín (1908) y Mariquilla Terremoto (1930).A mí me gustan "Ganas de reñir", "Sangre Gorda", "Noviazgo, boda y divorcio" y "La niña de Juana o el descubrimiento de América".

jueves, 3 de junio de 2010

LITERATURA PARA CHICAS: HEROÍNAS INFANTILES



Lejos de los cánones del Romanticismo de Jane Austen con huérfanas adoptadas por aristócratas, o sencillas campesinas que con su amor conquistan a un noble, están las heroínas sencillas que siempre harán que por ejemplo Mujercitas o Pollyanna, sean más exitosas que Persuasión o Mansfield Park, y sus inquilinos llenos de decadentismo y spleen. Es el caso de Ana de las Tejas Verdes, una saga de la novela juvenil canadiense que narra la vida de Anne Shirley, una niña huérfana que gracias a su carácter imaginativo y despierto, logra encandilar a todos los habitantes del pueblo ficticio de Avonlea, donde se desarrolla la historia a principios del siglo XX. Anne ve en los adultos que la rodean un reflejo de lo que podría acabar haber sido siendo ella, pero busca su proio camino para terminar como empezó en Tejas Verdes. Existen varias continuaciones, que completan nueve libros según la edad que va alcanzando la protagonista.
Otras heroína interesantes, aparte de la Heidi original de Johanna Spiri, Jane Eyre de Charlotte Bronte o Moll Flanders de Daniel Defoe son la pequeña Dorrit de Charles Dickens y Momo de Michael Ende, que es la última heroína para chicas. A partir de ahí todas son adolescentes problemáticas que carecen de la simpatía de las anteriores. Baste con recordar que cuando la pequeña Dorrit murió, en el último capítulo por entregas de Dickens en los diarios, fue día de luto Nacional en Inglaterra. Impensable hoy día con ningún personaje de ficción.

miércoles, 2 de junio de 2010

EL CAMINO QUE DIOS NOS TIENE MARCADO



He leído con mis alumnos El Camino de Miguel Delibes (por segunda vez) y es curioso cómo sin ser muchos de ellos de pueblo, se sumergen tanto en esta novelita. En ella, Daniel "el mochuelo" ha de dejar su pueblo obligado por sus padres para ir a estudiar a la ciudad. Todo el libro es un llanto contenido por perder un tiempo de felicidad inadvertida. El niño llora al fin, tras rememorar sus amigos, travesuras y dolores, no porque tenga que irse, sino porque comprende que el camino que toma no le deparará la felicidad, y que es muy distinto del que Dios le ha marcado. Es la segunda novela de Delibes. Con la primera, La sombra del ciprés es alargada, en la línea tremendista, quiso ganar el nadal, pero ésta es la que de verdad escribió para sí. Una reivindicación de la vida sencilla y amable frente a la ferocidad de la sociedad y su sistema. Una visita guiada a una infancia de campo.

martes, 25 de mayo de 2010

ALAN MOORE Y LA MAGIA SIMBÓLICA


Acabo de terminar el From Hell, y me ha sorprendido que tras lo curradísima que es la labor de investigación sobre la masonería, las iglesias de Londres y una trama que cruza a Jack el destripador con Oscar Wilde, Robert Louis Stevenson, el hombre elefante, etc. todo este material haya sido destinado a una novela gráfica y no a un best-seller normal. Moore tiene demasiada confianza en el medio que le dio la fama. Y sin embargo, su novela La Voz del Fuego, que es aún más intrincada y que necesitaría (sobre todo en su parte inicial, narrada por un cavernícola con las consiguientes limitaciones del lenguaje) de apoyo gráfico, sí que ha quedado en una novela erudita que desgrana una historia de Inglaterra a través de la magia. Y es que Alan Moore corre demasiado peligro de creerse a Aleister Crowley. La voz del fuego tiene un inicio durísimo de leer y descifrar. Lo bueno es la conexión que se establece con los posteriores relatos: Brujas, Edad Media, Caída del Imperio Romano, y finalmente la actualidad en la que la magia de antaño se ha convertido en tradición y ha influido en la historia. Hemos olvidado el gran acontecimiento de que los hombres ideasen crear una carretera, o una catedral, y la magia que impregna el acto de entrar en la mente inconsciente a través de lo que perdura eternamente. Estoy desbarrando mucho. El que sí trató la magia en un fabuloso ensayo antropológico de tres mil páginas fue Frazer, que en la Rama Dorada clasificó la magia como homeopática si trata de que "lo semejante produzca lo semejante"; o contaminante (o de contagio), si sigue el principio de que las cosas que alguna vez estuvieron juntas, al separarse, tienen tal relación mágica que lo que se le haga a una lo sufrirá la otra. Ambas esferas de la magia estarán comprendidas bajo el nombre general de magia simpatética ‘simpática’, ya que en las dos se supone que las cosas interactuan a distancia mediante una relación secreta, una mutua simpatía. Moore aplica estas máximas como un recurso literario. Y es que la única magia que domina son la metáfora y la sinestesia, pero a un nivel tan ingenioso, arrebatador y metaliterario, que resulta mágico al lector.

DESOLACIÓN ROMÁNTICA


Pues con razón decían que Emily era mejor que Charlotte. Y es que tras los tópicos a lo Jane Austen de mozas casaderas que luchan contra sus familias para que el amor desinteresado y puro triunfe en el mundo, Cumbres Borrascosas aúna todos los tópicos del Romanticismo: Paisajes tenebrosos, amor post mortem queriendo desenterrar a la amada, páramos desolados, un fantasma atormentado, y un amor entre Heatcliff (el gran supervillano del libro) y Katherine que acaba destruyendo a todos los de su alrededor: sobrinastro, esposa, criada sufrida (Sally) y haciendo que un tranquilo visitante que ha de pedir alojamiento una noche de tormenta, intuya lo que allí está pasando y salga de Cumbres Borrascosas echando cruces. Aquí no hay finales felices, y por eso Crepúsculo vende más. Las Brönte traían un romanticismo de moraleja suicida. Es raro que a una mujer le guste esta obra, con un amor enfermizo, machista, y posesivo. Si Heatcliff hubiera sido vampiro al menos tendría excusa. Era un pobre muchacho maltratado que no sabía amar sensatamente. Cumbres Borrascosas es la casa Usher y la mansión de los Baskerville juntas.