viernes, 30 de marzo de 2012

CROSSOVERS DE EDGAR RICE BURROUGHS


En los tebeos, Tarzán ha cruzado sus aventuras con los Predator (y además, en el Centro de la Tierra/ Pellucidar) cortesía de Walter Simonson. También ha tenido cruces malos (con Batman, por ayudarle a recuperar una reliquia africana robada por Catwoman) pero me gusta el hecho de que un sueño no cumplido del creador, se haya materializado muchos años después: Cruzar a Lord Greystoke con Carson de Venus y con John Carter de Marte. Carson de Venus es uno de los personajes menos conocidos del autor de Tarzán, se trata de un astronauta adelantado a su tiempo que decide viajar a Marte con una nave de su propia invención pero hace mal sus calculos y acaba en Venus (se ve que las matemáticas no eran su fuerte), pero en el pulp lo habitual no era extenderse en dar muchas explicaciones en el porqué de las cosas sino ir directamente a la aventura. El planeta Amtor, así llaman sus habitantes a Venus, es el lugar donde se desarrollan las aventuras de Carson Napier (al igual que el Barsoom (Marte) de John Carter) Se tendrá que defender de tribus bárbaras, piratas y todo tipo de amenazas, esta vez tan grandes, que Carson necesitará la ayuda de Tarzán.
Tarzán también ha viajado (astralmente) hasta Marte, para ayudar a Carter y a Dejah Thoris. El pulp ha sido siempre muy de cómic, y el tiempo los ha acabado complementando.

Amphigorey


Edward Gorey es un ilustrador que tuvo la facultad de no tener imitadores en su época. Hoy día, hay tantos remedos de dibujos torcidos y macabros (en particular de adolescentes góticas que inauguran franquicias de mercadotecnia de bolsos, agendas y camisetas) que la gente cree que este autor copia a Tim Burton, y no al revés. Burton publicó Las aventuras del chico Ostra, que beben directamente del libro de dibujos de Gorey. Vamos más allá de Maurice Sendak: Gorey es cruel con la humanidad y derrocha simpatía hacia los mostruos. Sus niños son melancólicos y sufrientes, y su trazo es triste, como si contemplásemos los dibujos a través del filtro de una cámara antigua de fotos en blanco y negro. Quizá herederas directas de su estética son Pesadilla antes de Navidad y Eduardo Manostijeras. Cómo no iba a enamorarse Burton de Helena Bonhamm-Carter, si parece un daguerrotipo de Gorey. En la ilustración, El invitado inesperado, pertenece a un cuento en el que los amigables y estirados inquilinos de una vieja mansión reciben a un pingüino grotesco y batmaniano que se les instala, desordena la vida, y no abandona nunca.

jueves, 29 de marzo de 2012

EL NÚMERO ÁUREO (Dios no juega a los dados)


En el famoso libro "Guía del Autoestopista Galáctico", de Douglas Adams, el número 42 representa el sentido de la vida, el universo... y todo lo demás. De hecho, nos dicen que existe una teoría que proclama que si alguna vez se descubre qué es exactamente el Universo y porqué está aquí, éste desaparecerá instantáneamente y será reemplazado por algo incluso más extraño e inexplicable. Pero cualquiera que haya leído el Código Da Vinci, de Dan Brown, sabrá que el número de Dios es el número Phi, en honor al escultor griego Fidias, y que aunque se explica muy bien en el best seller, es obviado del todo en la película, quizá porque lastraría gran parte del metraje. Este número está presente siempre en la naturaleza, por ejemplo en las conchas en espiral logarítmica, y según Leonardo de Pisa Fibonacci, en su Libro de los ábacos, la secuencia puede ayudar a calcular casi perfectamente el número de pares de conejos n meses después de que una primera pareja comienza a reproducirse (suponiendo que los conejos se empiezan a reproducir cuando tienen dos meses de edad), así como la relación entre la cantidad de abejas macho y abejas hembra en un panal, y además:
  • En la disposición de los pétalos de las flores
  • La distribución de las hojas en un tallo
  • La relación entre las nervaduras de las hojas de los árboles
  • La relación entre el grosor de las ramas principales y el tronco,
  • La distancia entre las espirales de una piña.
  • La Anatomía de los humanos se basa en una relación Phi exacta, así vemos que:
  • La relación entre la altura de un ser humano y la altura de su ombligo.
  • La relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos.
  • La relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla.
  • La relación entre el primer hueso de los dedos (metacarpiano) y la primera falange, o entre la primera y la segunda, o entre la segunda y la tercera, si dividimos todo, es phi.
  • La relación entre el diametro de la boca y el de la nariz
  • Es phi la relación entre el diámetro externo de los ojos y la línea inter-pupilar.

EL CUARTETO BENENGELI

El orden ideal de lectura quijotesco es el siguiente:
1. Primera parte del Quijote de Cervantes.
2. El Quijote de Avellaneda.
3. Segunda parte del Quijote de Cervantes.
4. Al morir Don Quijote, de Andrés Trapiello.

Pero, para los que añoren al hidalgo, tras el empacho anterior, están:
a) Vida de Don Quijote y Sancho, de Unamuno.
b) Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, de Juan Montalvo.
c) La ruta de Don Quijote, de Azorín.

Descartamos La cocina del Quijote, y el oportunismo de una publicación de congresos médicos que incluso publicó un tomo de La medicina en el Quijote recogiendo al bálsamo de fierabrás. PERO, hay un libro de Chesterton, el último que escribió, llamado El regreso de don Quijote (1926), , que es uno de los más hermosos homenajes que jamás se hayan rendido al Quijote y a Cervantes. Trata de que un bibliotecario experto en la cultura hitita y ajeno al mundo moderno, tras interpretar el papel de un rey medieval en una obra de teatro, decide no quitarse el disfraz y encabezar, en la vida real, un golpe de Estado bufonesco contra la industria y la sociedad moderna. Vale, no trata de Don Quijote, sino del quijotismo (un bibliotecario que se cree Ricardo Corazón de León).


Según Paul Auster, don Quijote no está loco, sino que se hace pasar por loco; su objetivo es engañar a Sancho, único testigo posible de todas sus andanzas; éste, analfabeto, no puede escribirlas, pero sí puede contárselas al barbero y al cura; a su vez, ellos la escribirán en castellano y le darán el texto a Sansón Carrasco , el bachiller de Salamanca, quien las traducirá al árabe para que luego Cervantes encuentre ese manuscrito en Toledo, firmado por un inexistente Cide Hamete Benengeli…

martes, 27 de marzo de 2012

GRANDES VILLANOS DE NOVELA. Hoy, RANDALL FLAGG


El personaje ha aparecido en nueve novelas de Stephen King. Se trata de un hechicero consumado y serviente devoto de la Oscuridad. Su habilidad es la de influenciar el comportamiento de las personas. Sus objetivos son típicamente la destrucción y crear conflictos, por lo general derribando civilizaciones enteras. En Apocalipsis es llamado el "Hombre Oscuro", y organiza a «la escoria de la sociedad» después que los Estados Unidos fueran casi arrasados por la liberación accidental de un virus creado por el gobierno. En Los ojos del dragón, la única novela de espada y brujería de King, trató de arruinar todo un reino. Flagg suele asumir diferentes nombres, muchos de los cuales tienen las iniciales R.F. aunque existen excepciones , para luego descubrirse como Randall. Siempre aparece manipulando a varios personajes. Ha sido miembro del Ku Klux Klan y de los Panteras Negras. Se supone que también puede ser el dueño de La Tienda, y el demonio Legión, pues Jesucristo arrojó a Flagg a un grupo de cerdos. Su apariencia es la de un hombre de edad mediana que se parece al tipo local donde se lo encuentra. Con frecuencia, su vestimenta consiste en pantalones vaqueros, una campera de cuero con capucha o una campera de jean gastado y botas de vaquero con las suelas gastadas. Me encanta que en el tramo final de Apocalipsis, uno de los personajes más positivos y ancianos lo "detecte" y grite su nombre a la multitud que le adora como el "hombre oscuro". Parece que cuando Randall es desenmascarado, pierde poder. Entre sus habilidades está la teleportación, dominar a pequeños animales, arrojar bolas de fuego y seducir con la mirada. En la Torre Oscura aparece bajo la identidad de "el Rey Carmesí". En ocasiones es el principal antagonista, otras un breve cameo. Incluso cuando no participa de forma directa, su aparición nunca está desprovista de alguna intriga tramada por él. No me extrañaría volverlo a ver en la secuela de El Resplandor. Durante todo el tiempo su objetivo había sido el mismo de Roland: subir por la Torre y ver lo que hay en la habitación superior.

lunes, 26 de marzo de 2012

LA ISLA MISTERIOSA: LOS NÁUFRAGOS DEL AIRE


Acabo de terminar de leer la primera parte de las tres que componen La isla misteriosa de Julio Verne. Es quizá la mayor influencia sobre los guionistas de Lost, más evidente en su primera temporada (cambiando eso sí dinamita por nitroglicerina). Y además, la segunda parte del libro (El abandonado) empieza retomando un genial cliffhanger del final de la primera, muy parecido a las fórmulas de TV, quizá por la naturaleza de publicación por entregas de los capítulos originales. Si Viaje al centro de la Tierra es a veces una clase de geología, y 20. 000 leguas un tratado de ictiología, La isla misteriosa es la novela de la química. El personaje de Cyrus Smith es todo lo que a Verne le hubiera gustado ser: Un ingeniero formidable, que domina las circunstancias a través de una todopoderosa e infalible ciencia. Y es que los náufragos del relato son, en el sentido más vital de la palabra: hombres, que superan con su trabajo y voluntad la prueba del robinsonismo. Esta primera parte narra su organización y forma de vida en la isla, no distando hasta ahora mucho de cualquier relato de náufragos. Sí es un poco apurado que la isla contenga prácticamente todos los elementos químicos y farmacopea necesaria. Pero como ya sabemos, la isla es algo más. Me ha sorprendido la antelación en Verne, como siempre, hablando en esta novela del cambio climático, producido no por el agotamiento del sol, sino por el del enfriamiento del núcleo terrestre. Y además, he aprendido sobre la formación de los continentes, motivada por los infusorios de coral, y me he maravillado con los protagonistas, ante el mimo con el que cuidan y hacen germinar un solo grano de trigo que les acaba produciendo una gran plantación.

sábado, 24 de marzo de 2012

LAS LIGAS DE PRÓSPERO Y GULLIVER


He puesto a menudo de manifiesto mi entusiasmo por los cruces de personajes (pastiches) de las novelas de aventuras, que tienen su culminación en la amalgama total de The League of extraordinary Gentlemen, que, entre lo que tarda entre número y número (Moore está abocado a la confección de su novela Jerusalem, que ya sobrepasa las 2.500 págs.) y entre lo flojo del último capítulo, me ha decepcionado al mismo nivel con que me entusiasmó. Y es que no ceso de leer que si va a salir un número con Nemo en solitario, otro con Orlando, otro con la Liga de tal o cuál época.... Algo sí es seguro, en Junio de 2012 se publica el final del tercer volumen (Century:2009) y tras esas 64 págs, viene el de Nemo. ¿Después? Pues parece que hay liga para rato, esperemos que con mayor cadencia, a tenor de las declaraciones del autor: “Hay un par de posibilidades. Tenemos una pequeña historia que podría volver a 1964. Hay un par de insinuaciones en “1969” respecto a cómo podría desarrollarse la historia. Tengo en mente también un cuarto volumen. Es algo que se me ocurrió en un momento dado mientras escribía la última parte del tercer volumen. Los personajes y yo nos metimos en un deseo mutuo de continuar. Porque por supuesto que así como hay historias ficticias de períodos como la Época Victoriana, también las hay en enormes cantidades acerca del futuro. Por lo que el universo de la ficción no solo se remonta atrás en el tiempo sino que también se extiende hacia delante. Y sería bueno poder explorar el concepto básico de la Liga en ese tipo de territorios. Lo que sin duda constituiría el cuarto volumen. Si va a ser la próxima aventura de la Liga a estar disponible, no lo sé. Kevin y yo aún lo estamos decidiendo. Y, por supuesto, en el futuro tendremos la totalidad del tiempo para jugar -para hacer historias en torno al grupo de Próspero o al grupo de Gulliver-. Podríamos hacer historias con Orlando que se remontasen a la antigua Tebas, hace 3,000 años. Así que, llenos de entusiasmo, hemos trazado nuestro interrelacionado mundo ficcional y lo tenemos tan profundamente mapeado que realmente contamos con todo el universo de la ficción para jugar. Así que, más allá del hecho de que Kevin y yo nos estamos haciendo cada vez más viejos y débiles, no hay razón para que la Liga no deba terminar nunca. Tengo en mente una muy buena. Se desarrollaría en 2011. Puede haber una miniserie que vuelva a 1964 y que permita llenar un poco de historia de fondo. Y, en realidad, podría hacerse cargo de una serie de preguntas y cabos sueltos que se han ido planteando, en particular en “The Black Dossier”, donde había un subtexto en la falsa obra de William Shakespeare y en un par de las otras piezas relacionado con la formación original de la Liga. Y material sobre Próspero. Y pensé que esto podría unirse de una manera sorprendente y explosiva, que nos permitiría llevar a la Liga hacia el futuro en la forma en que siempre hemos querido".

lunes, 19 de marzo de 2012

DUELO DE TITANES III: Hoy, Quevedo vs. Góngora


La rivalidad entre estos autores va más allá de los celos profesionales y de que uno le copiara versos al otro (Quevedo es el que acusa "Yo te untaré mis obras con tocino porque no me las muerdas, Gongorilla") Quevedo compró la casa de Góngora (el cordobés la perdió en deudas de juego) y dice que lo primero que hizo fue quemarle los libros, que quedaron las estancias "oliendo a Polifemo". Las simpatías de los lectores siempre han estado con Quevedo, por lo chocarrero de algunos de sus poemas satíricos y escatológicos, y por presentarlo la literatura de ficción después como un espadachín y espía, algo así como un trasunto de Cyrano. Fue la Generación del 27 la que quiso reivindicarlo,ya que eran todos poetas, siendo el lenguaje culterano del Barroco enrevesado y casi como un código secreto por lo difícil, sólo inteligible por los más excelsos poetas del Parnaso. Y curioso es que estos autores, tan reivindicativos de las vanguardias y el verso libre, tengan como referente oficial a un autor tan riguroso en métrica. Más allá de críticas, conceptismo y culteranismo son igual de valiosos a la Literatura, y es precisamente el choque entre las dos tendencias lo que las complementó.

domingo, 18 de marzo de 2012

Capítulo 24: LA TRASTIENDA DE J.R.R. TOLKIEN (II)


Considerando que hace tiempo realicé una entrada con título igual a esta, y en vista de que últimamente ha salido a colación el tema de las "fuentes" de Tolkien, me he decidido a dar mi modesta opinión sobre el caso. Sé bien que José Miguel es un buen conocedor de la obra de este autor, aunque me permitiré añadir algunos detalles que conozco de fuentes fiables, como la serie de publicaciones a cargo de Christopher Tolkien que llevan el título de Historia de la Tierra Media e Historia de El Señor de los Anillos, y de la versión anotada de El Hobbit, con comentarios críticos muy exhaustivos de Douglas A. Anderson.

Alberich, por Maxfield Parrish.

Es cierto que tanto el ciclo de los Nibelungos como El Señor de los Anillos tienen como origen común la mitología nórdica europea, aunque el parecido entre una obra y otra es bastante más vago de lo que podría parecer en un primer vistazo. Es cierto que hay un anillo tentador de por medio, y también está ese personaje encorvado y huraño al que la vida le ha dado demasiados palos, Alberich en la saga de los Nibelungos, Gollum en las obras de Tolkien; pero seguramente los paralelismos no vayan mucho más allá, y el personaje no deja de ser un arquetipo relativamente común en el mundo literario. Por supuesto, debo entrar en detalles.

Mientras que el ciclo épico de Sigrfrido y los dioses del Valhalla posee una naturaleza rabiosamente pagana basada en los mitos griegos y romanos (de ahí la admiración de Friedrich Nietzsche y el propio Richard Wagner, metido a cristiano más bien hacia el final de su vida), la mitología tolkiana viene de más atrás, entroncando con las sagas de Islandia y, lejanamente, con el ciclo artúrico. Además, toda la obra de Tolkien posee una visible lectura como alegoría cristiana, católica incluso, tal y como era lógico en el caso de un autor tan profundamente devoto. Si no me equivoco, Christopher Tolkien no llega casi nunca a confirmar esta lectura entre líneas, pero sí que admite su plausibilidad más como fruto inconsciente de la psique de su padre que como un acto deliberado. Ahí radica otra de las diferencias, el fuerte carácter amoroso y pasional del Cantar de los Nibelungos frente al amor ingenuo, limpio y escaso de El Señor de los Anillos.

-Sigfrido, dime algo bonito.
-Con los dedos de las manos, los dedos de los pies, los c... y la p... todos suman veintitrés.

Como todos sabemos, El Señor de los Anillos no es más que la punta del iceberg en la obra de su autor. Desde que sirviese en el ejército durante la 1ª Guerra Mundial, Tolkien anduvo dando pinceladas a su mitología personal en forma de largos poemas épicos, casi como si quisiera dotar a Gran Bretaña de un pasado mítico que, dentro de lo meramente historiográfico, no llega mucho más allá de la tradición celta y las andanzas de su panteón. Todos estos poemas fueron preparados para su edición por parte de Allen & Unwin, aunque el éxito de la muy accesible El Hobbit (ambientada prácticamente por casualidad en el mismo universo ficticio de sus poemas "serios") los hizo recelar de aquellos mamotretos en verso, en favor de una posible secuela de la historia de Bilbo, que al final dio origen a El Señor de los Anillos muchos años después. Al morir Tolkien, su hijo recopiló las versiones en prosa de estas historias y vieron la luz con el nombre de El Silmarillion. A partir de este punto, aconsejo dejar de leer a quienes no quieran conocer detalles del argumento.

Morgoth se enfrenta a un patriarca elfo en esta ilustración de John Howe.

Desde el principio de El Silmarillion queda claro que es algo así como un Antiguo Testamento bíblico a la medida de su autor; la historia de la creación del universo por parte de una divinidad única, y de la posterior lucha de un panteón inmediatamente inferior por su control. Hubo entre estos semidioses un ángel caído, Melkor (Morgoth), que construyó su propio infierno y tentó a los hijos de la divinidad única, los elfos, para que se machacasen entre ellos durante milenios a causa de terribles juramentos fruto de la codicia y el orgullo, hasta que uno de ellos tuvo la feliz idea de hacer lo que todos debieron haber hecho antes de entrar en conflicto con la divinidad y ser expulsados de su paraíso terrenal, las tierras más allá del mar. Este individuo, Eärendil, simplemente pidió perdón en nombre de su raza, y el perdón le fue concedido. De algún modo, Eärendil es una mezcla de Noé, Abraham y otros tantos patriarcas de la antigüedad remota judeocristiana.

Eärendil llega a Valinor, en una ilustración de Ted Nasmith.

El Señor de los Anillos, por su parte, es más bien como un Nuevo Testamento en el que Frodo viene a ser una mezcla entre Jesús y cualquier teórico buen cristiano: pese a que se siente tentado constantemente por el mal, carga con el terrible peso del pecado sobre sus hombros y está dispuesto a dar su vida para hacerlo desaparecer, como hizo Eärendil en su momento, estableciendo de paso una nueva alianza entre los mortales y la divinidad, como en la Biblia hizo Cristo tras haberlo hecho mucho antes Noé. El camino de Frodo, un ser humilde y frágil, es de algún modo su personal vía crucis por la salvación de sus semejantes. Otros personajes también tienen rasgos propios de Cristo, sobre todo el "resucitado" Gandalf que vuelve del otro mundo con fuerzas renovadas, con un aura místico-religiosa evidente.

Frodo y Gandalf salen a la puerta a fumar en una ilustración de Alan Lee.

Llegados a este punto, creo que solo resta comentar algo del anillo, del objeto en sí cuya mera mención parece ligar ambas obras. Pienso que sucede algo parecido con cualquier tipo de objeto mágico del acervo literario tradicional, que a lo largo de los siglos se convierte en varios, o varios objetos se "resumen" en uno. Por ejemplo, pensemos en el famoso Grial del ciclo artúrico, que en su origen debía ser una especie de cornucopia o piedra mágica/druídica del mundo pagano, y que en la Baja Edad Media se cristianizó, pasando a ser la copa utilizada para bendecir el vino de la Última Cena, a la que el boca a boca ha terminado por convertir en una reliquia con poderes curativos, y últimamente en una metáfora de todo ese asunto de la diosa madre primigenia. El anillo seguramente era un objeto mágico recurrente de los cuentecillos nórdicos, al ser desde siempre un símbolo de poder propio de nobles y clérigos, y Tolkien lo incluyó en El Hobbit como una más de las herramientas mágicas (estaba también la espada Dardo) que ayudarían a Bilbo a lograr sus objetivos y, de paso, a facilitar el progreso de la trama. Creo que Tolkien tuvo que estrujarse el cerebro hasta caer en la cuenta de que, precisamente por esa carga mágica propia del anillo (y ahí sí admito la influencia de los Nibelungos), ese objeto y no otro sería el pretexto perfecto para la secuela de su best-seller.

Richard Wagner y John Ronald Reuel Tolkien, parecidos pero no tanto.

En resumen, y pidiendo perdón por la tremenda parrafada, creo que el parecido entre el Cantar de los Nibelungos y El Señor de los Anillos es meramente casual más allá del carácter épico, grandilocuente y mágico de las dos obras, y más allá de la presencia de un poderoso anillo en ambas. En cuanto al asunto de Alberich y Gollum, yo apostaría o bien por una pura casualidad, o bien por una influencia mínima y difícil de rastrear. Lo que sí es cierto es que, a raíz del éxito de las películas de Peter Jackson, el mundo de la música clásica quiso aprovechar el filón exagerando las relaciones tolkiano-wagnerianas. Seguiremos hablando de Tolkien en otra ocasión.

LOS CÓDICES MADRILEÑOS DE LEONARDO


Al rebufo del Código Da Vinci de Dan Brown , fueron muchas editoriales espabiladas las que oportunamente se lanzaron a publicar una obra que se aupó también a superventas, como es El Cuaderno de notas de Leonardo Da Vinci, casi 700 págs. manuscritas e ilustradas por Leonardo, explicando el movimiento de rodajes, cadenas, máquinas hidráulicas, voladoras, anatomía, aforismos y apotegmas, etc. Al no tener derechos de autor, fue una jugada segura. Lo curioso es la historia de cómo fueron encontradas gran parte de esas páginas. Resulta que estaban en la Biblioteca Nacional de Madrid, y fueron descubiertas en 1967 por casualidad por un profesor norteamericano llamado Jules Piccus. El tío las vio, dijo: ¡Oh my god! y arrambló con ellas para Massachussets, y allí las presentó. Estaba investigando sobre cancioneros medievales españoles, y le fueron servidos en su mesa ni más ni menos que los codiciados manuscritos. Se comparó el descubrimiento a la aparición de un drama inédito de Shakespeare, y se anunció la inminente publicación de la obra, que es luego la que tiene todo el mundo. Esto sólo puede pasar en España: Que los documentos medievales y renacentistas estén mezclados, cual si fueran los apuntes de un alumno de tercero de ESO. No sabían ni lo que tenían. Leonardo diría: Vale, ya he escrito mis documentos en espejo, ¿los meto en un cartucho de estos que tienen que abrirse con clave y si no se destruye el interior, o los envío a un lugar en el que nadie podrá explicarlos? Jua, jua.

sábado, 17 de marzo de 2012

EL ANILLO DEL NIBELUNGO


Sabía que la fuente de inspiración de Tolkien era la mitología nórdica, pero no sabía hasta qué punto tan evidente bebía de la ópera de Wagner. Leyendo el libreto de El Oro del Rin, tenemos un enano, una criatura similar a Gollum, que repudiado por su fealdad por las sirenas/ondinas, les roba el oro del lecho marino para forjar con él el anillo que someterá al mundo. Este enano, Alberich, es derrotado por los dioses Wotan y Loge (Odín y Loki) apareciendo también gigantes malvados y un trasunto del Dios del Trueno, Thor, llamado Donner en la ópera. Tenemos que el anillo tienta a Wotan, y luego es causa de que un gigante mate a su hermano, y la madre de las nornas advierta a Wotan de la perdición del mundo si el anillo cae en malas manos. Recordemos que esta parte de la ópera es la última en ser musicada, y que Wagner antes compone La Valquiria y Sigfrido. Concebida para ser representada de forma fastuosa, esta ópera, como tantas de Wagner, hubo de tener el mecenazgo de Listz para ser representada, con una puesta en escena que incluía el Valhalla, las minas de los enanos, el árbol de las manzanas doradas, o la misma creación del mundo, en la forja de una espada. Era su opus magna, el final de una carrera de un autor que quiso llevar a la ópera la fantasía, de una forma que sólo el cine ha podido mostrar. Wagner y Tolkien tomaron de un cantar de gesta del siglo XIII, anónimo, que a su vez remedaba leyendas nórdicas orales, y este cantar incompleto se bifurcó en la mayor obra de la literatura fantástica y en cuatro óperas tremendas.

lunes, 12 de marzo de 2012

EL REGRESO DE DOC SAVAGE


La naciente editorial ECC ha decidido recuperar algunos de los períodos más destacados del personaje en lo que al noveno arte se refiere, empezando en julio por el libro Doc Savage: El Hombre de Bronce, cuyo contenido a todo color beberá de la serie de ocho comic-books que Marvel editó en 1972. Pasando al blanco y negro, en septiembre y octubre respectivamente aparecerá Doc Savage: ¡Muerte en el corazón del paraíso! y Doc Savage: ¡Los destructores de la Tierra!, dos gruesos libros de más de 200 páginas con el material que Marvel publicó en formato revista entre 1975 y 1977, contando con autores de tanto renombre como Doug Moench (Caballero Luna), John Buscema (Conan) y Tony de Zúñiga (Jonah Hex). No es menor la envergadura del tomo con la que cerrarán el año en diciembre, Doc Savage: La pirámide de plata, donde se recoge la primera miniserie que DC Comics le dedicó al personaje allá por 1987, confiándole la tarea a unos jovencísimos hermanos Andy y Adam Kubert. Quede claro pues que Clark Savage Jr. irrumpe con fuerza en nuestro panorama editorial, en la que será una oportunidad única para el lector español de conocer a una de las creaciones de referencia de la literatura popular del siglo XX: ¡el hombre de la piel de bronce!

CARTOGRAFÍA IMAGINARIA



Me encantan los mapas de las guardas de libros de aventuras, estilo La Torre Oscura. Bien es cierto que en muchos hay muchas lagunas o espacios demasiado distantes entre ellos o desaprovechados, y otros son minuciosos (La Tierra Media, Narnia o el país de Oz). Simbolizan, más que una idea, todo el mundo interior o la locura a la que puede evadirse el cerebro, creando mundos para aquel que no puede vivir las emociones que desearía. Yo ahora voy a vivir un tiempo en la Isla Lincoln de Julio Verne, de la que el otro día estuvimos El Conde y yo buscando mapas para mudarnos. Resulta que en la red están cartografiados casi todos los continentes imaginarios creados, y si no estaban en el libro que estás leyendo, seguro que siempre habrá algún tipo que los ha creado ex profeso, y tanto vale para las series de TV (desde la isla de Lost con todas sus estaciones Dharma hasta la ciudad de Springfield de los Simpsons) como para las novelas de historia o militares. Lo que hace la geografía imaginaria es pues, crear un cosmos ad hoc, creando la paradoja de que lo conocemos, sabemos cómo orientarnos allí, y no existe.

jueves, 8 de marzo de 2012

DON JUAN Y EL TIPO AMIEL


Recientemente he estado leyendo el interesantísimo ensayo que sobre Don Juan hizo Marañón, que sostiene que la sexualidad masculina va restringiendo su campo a medida que el hombre evoluciona: De gustar e interesarse por todas las mujeres el hombre pasa a centrar su atención en una solo grupo de estas, cada vez más restringido, representando el hombre monógamo, aquel al que le gusta un solo tipo de mujer, el tipo de hombre perfeccionado y evolucionado. Este tipo de hombre, que el doctor llamaba el tipo AMIEL, era para él el hombre por excelencia. Como consecuencia el donjuanismo sale malparado y reducido a la de un ser de una sexualidad adolescente, apenas desarrollada, que en modo alguno y contradiciendo el sentir popular, debía ser considerado como prototipo viril. Don Ramón Pérez de Ayala, que participaba de las mismas ideas del doctor, plasmó esta interesante teoría en dos de sus novelas: Tigre Juan y El curandero de su honra. Yo tengo claro, alzando los ojos al cielo con beatífica expresión, que Don Juan (de Tirso, de Zorrilla, de Byron, y de todos los románticos) tuvo tanto éxito porque era una utopía.

martes, 6 de marzo de 2012

Capítulo 23: LA ÚLTIMA GRAN AVENTURA HUMANA


Ayer mismo desempolvé la novela Marte verde de uno de esos puestos de libros de saldo que hay en los centros comerciales. Acababa de leerme la primera entrega de esta trilogía, Marte rojo, y el encuentro fue bastante providencial. El caso es que la saga que escribió Kim Stanley Robinson en los noventa sobre la colonización de Marte es bastante complicada, y no tenía intención de adentrarme en su segundo episodio de forma tan directa, pero a pesar de que he sido incapaz de retener los nombres de muchos de los protagonistas, y de que en mi lector de ebook no contaba con el utilísimo mapa de Marte que nos ayuda a comprender el desarrollo "topográfico" de la trama, me interesa mucho esta historia.

Portada de la edición española.

Desde hace años, como aficionado al género de ciencia-ficción, tengo un interés lógico en ir viendo cómo la ciencia y la técnica de nuestro tiempo va realizando nuevos logros que nos aproximen a los futuros fantásticos descritos en los libros. No obstante, y de manera igualmente lógica, soy consciente de que nuestra sociedad -la humana, me refiero- tiene algunos problemas gravísimos a los que debemos responder mucho antes que andar pensando en androides mayordomos, en coches voladores o en conquistas galácticas. El hambre, la guerra, la desigualdad social... ante estos argumentos parece que nadie se atreve a promulgar la necesidad de que la humanidad siga adelante en su última gran aventura, la exploración del espacio. Y sin embargo se da uno cuenta de que, antes o después, estamos obligados a avanzar. 

Kim Stanley Robinson

¿Acaso el destino último de la humanidad es que logremos por fin amodorrarnos en nuestras butacas, sabiendo que todo está en orden? ¿Comer, beber -perdón- cagar y morirnos bien ancianos? Yo pienso que es precisamente la ilusión del descubrimiento, el ir más allá de lo probable, lo que sigue funcionando como un motor para ponernos en movimiento como especie. Evidentemente, uno se echa las manos a la cabeza cuando se informa sobre los costes de los programas espaciales, y si pensamos en la barbaridad que costó poner a la misión Apolo 11 en la Luna en 1968, quizá ni siquiera podamos compararlo con lo que costaría poner a un par de tipos en Marte. Pero lo llevamos dentro como especie, es como una suerte de meta que nuestra evolución natural necesita, y al final tendrá que suceder.

Los otros dos tomos de la trilogía.

Las novelas de Kim Stanley Robinson Marte rojo, Marte verde y Marte azul despliegan, con toda la precisión científica imaginable (ciencia-ficción "dura", la llaman) y mucho más, cómo podría ser la paulatina adaptación del ser humano a Marte y viceversa. Más allá de la épica colosal de las guerras de independencia, de las enormes obras públicas en suelo marciano, de los cataclismos derivados de la terraformación del planeta rojo, al final es la historia de cómo los hombres y mujeres emprendemos cada uno nuestra personal lucha para no tropezar en las mismas piedras que nuestros padres y abuelos, para mantener nuestra identidad y nuestras convicciones a pesar de tener motivos para el desánimo, para no cometer los mismos errores y albergar firmemente la esperanza de una nueva oportunidad de prosperar hacia algo bueno, mejor, si cabe, que lo que tenemos. Igual, cuando un día todo esto suceda, la última gran aventura humana resulte ser solamente la primera.

viernes, 2 de marzo de 2012

EL LADRÓN INDULTADO

 


Desde que Robin Hood robase a los ricos para dárselo a los pobres, aparece un ladrón que retribuye la justicia social al robar a quienes se lo merecen, ridiculizando a policías corruptos y cargos que prevaricaron. Las aventuras delictivas de A. J. Raffles nos ofrecen la otra cara de la medalla, en virtud de que fueron concebidas como contraparte de las hazañas detectivescas de Sherlock Holmes. El autor de estos relatos, Ernest William Hornung, tuvo un impacto inmediato, que puede medirse en la rapidez con la que aparecieron ladrones análogos, como Arsenio Lupin o Fantomas. Recientemente he leído el relato Arsenio Lupin vs. Sherlock Holmes, en el que el duelo entre ambos se salda con el descubrimiento de Holmes de todo el plan de Lupin y su forma de desvalijar un castillo a través de un pasadizo secreto, pero Lupin ¡le roba el reloj! Conan Doyle no lo habría consentido.

jueves, 1 de marzo de 2012

DUELO DE TITANES II: Hoy, SANTO TOMÁS VS. SAN AGUSTÍN



Hay quien profesa por encima de todos los teólogos, una soberana admiración por Tomás de Aquino. La Summa Teológica nos muestra a un santo para el que "las papas son papas y las piedras piedras" En comparación con San Agustín, el otro coloso del cristianismo, sale ganando Santo Tomás, porque cuando razona lo hace con el lenguaje más escueto y sencillo posible, en tanto que San Agustín siempre aparece dominado por la retórica. Y no obstante, el primero era un altísimo poeta, superior en mi opinión a san Agustín. La prueba está en que sus himnos han sido incorporados por la Iglesia a su propia liturgia: el TANTUM ERGO, el PANGE LINGUA y esa maravilla del ADOROTE DEVOTE, LATENS DEITAS... Cuando al papa Urbano IV creó la festividad del CORPUS CHRISTI, encargó el oficio divino a las dos lumbreras del momento, Santo Tomás y San Buenaventura. Este ha pasado a la historia nada menos que con el título de DOCTOR SERÁFICO. Echando mano de cualquier breviario, podemos traducir la oración del Traspasa Jesús la médula de mi alma... Convocados ambos santos ante el Papa le tocó leer primero su trabajo a Santo Tomás. Y a medida que lo iba leyendo, San Buenaventura, admirado, con toda humildad iba rompiendo el suyo. El papa aceptó entero el oficio de Santo Tomás, que a partir de entonces forma parte de la liturgia oficial de la Iglesia. ¿Que cómo pasamos de Las Minas de Salomón a esto? Bueno, en este blog somos así, leemos de todo un poco, je, je...
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