jueves, 8 de marzo de 2012

DON JUAN Y EL TIPO AMIEL


Recientemente he estado leyendo el interesantísimo ensayo que sobre Don Juan hizo Marañón, que sostiene que la sexualidad masculina va restringiendo su campo a medida que el hombre evoluciona: De gustar e interesarse por todas las mujeres el hombre pasa a centrar su atención en una solo grupo de estas, cada vez más restringido, representando el hombre monógamo, aquel al que le gusta un solo tipo de mujer, el tipo de hombre perfeccionado y evolucionado. Este tipo de hombre, que el doctor llamaba el tipo AMIEL, era para él el hombre por excelencia. Como consecuencia el donjuanismo sale malparado y reducido a la de un ser de una sexualidad adolescente, apenas desarrollada, que en modo alguno y contradiciendo el sentir popular, debía ser considerado como prototipo viril. Don Ramón Pérez de Ayala, que participaba de las mismas ideas del doctor, plasmó esta interesante teoría en dos de sus novelas: Tigre Juan y El curandero de su honra. Yo tengo claro, alzando los ojos al cielo con beatífica expresión, que Don Juan (de Tirso, de Zorrilla, de Byron, y de todos los románticos) tuvo tanto éxito porque era una utopía.

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