lunes, 11 de febrero de 2013

GUÍA PARA ELUDIR SITUACIONES DAÑINAS



Vaya por delante que Espido Freire es mi amor platónico. Es algo mayor que yo y es guapísima, sensible e inteligente.  Y si se me aparece y me dice como el mesías: Sígueme, yo voy. Vaya, parece que esta reseña no va a ser nada  objetiva, ejem, ejem. Pues como hace poco hablábamos aquí de la desvirtuación de los cuentos clásicos privando a los niños del reconocimiento de los retos que les surgirán en la vida, resulta que Espido ha dedicado todo un libro a eso. Los malos del cuento dice que tenemos el deber de recuperar las lecciones de las antiguas historias para nuestra propia supervivencia. Hoy día me sigue sorprendiendo la gente que tiene clarísimo que su principal preocupación es ser feliz ellos, y que nadie les venga a amargar  la vida, alejando con astucia todo lo que les pueda traer problemas. Esa defensa les será muy valiosa para ser felices. Quizá les leyeron los cuentos auténticos, los ilustrados por Arthur Rickman, en el que el niño ingenuo sale devorado, malparado o predestinado a sufrir. Y es que cualquiera que haya leído "Nieve, Cristal, manzanas" de Neil Gaiman, sabe lo que puede desvirtuarse un cuento clásico.  Espido disecciona aquí qué representan en realidad los vampiros, lobos, ogros, brujas, madrastras, suegras, hermanastras, vecinos, jefes, narcisistas etc. 

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